Miles de burgaleses participaron anoche activamente en la celebración de la Noche Blanca en la que toda la ciudad soñó con conseguir, dentro de exactamente un mes, la declaración de Capital Europea de la Cultura en el año 2016. Un enorme Miguelón de más de tres metros de altura fue el protagonista de este evento, que conecta el pasado de Atapuerca con el futuro de las vanguardias creativas que tomaron las calles de la ciudad.
«Miguelón», un homínido de material sintético de tres metros de altura, desfiló por las calles burgalesas acompañado por una comitiva de cientos de animales, también sintéticos, desde gatos a delfines, realizados durante las últimas semanas por cientos de escolares burgaleses y, ayer mismo, por todos aquellos que quisieron sumarse a esta iniciativa organizada en colaboración con la Fundación Bimeras y el Festival iDANS de Estambul.
Este proyecto, uno de los más espectaculares de la Noche Blanca, puso de manifiesto, por un lado, la importancia de la «participación activa» de los burgaleses, que no solo se dedicaron a mirar los espectáculos, sino que también se involucraron en ellos. Por otro, la colaboración internacional en la candidatura de Burgos 2016 y en la organización de este evento de la Noche Blanca, coordinada por Roland Bread, quien, entre otras cosas, fue el director artístico del concierto de Jean Michel Jarre «Water for Life», para la Unesco.
Bajo sus directrices, la ciudad se llenó anoche de luz, con la iluminación especial de numerosos monumentos desde el Monasterio de San Juan a la Catedral pasando en su recorrido por todas las instalaciones culturales, que abrieron sus puertas hasta la media noche como el Museo de la Evolución Humana o el del Libro.
Incluso el Río Arlanzón se sumó a la celebración de la Noche Blanca con el programa «El agua y los sueños» y la poesía inundó las calles de una «Ciudad locuaz», donde la literatura bailaba al son de un «paisaje sonoro» en el que participaron artistas clásicos, vanguardista, de fusión...
Hasta la madrugada
Desde las cinco de la tarde y hasta la madrugada no quedó rincón sin algo de música, teatro, danza, arte... Más de 140 espectáculos que movilizaron a unas 2.000 personas en su organización y que fueron seguidos por miles de burgaleses y visitantes en «La Noche Blanca 2011», cuarta edición de este evento que se presentaba en esta ocasión como «Burgos 360º» en un intento de convertir la ciudad en un espacio escénico multidisciplinar. De hecho, reinventar la ciudad y hacer realidad el lema de la candidatura, «R-evolución», en ese afán de transformar Burgos para impulsarla hacia una nueva era de cambios a través de la evolución, era el objetivo.
