Las cajas jugaron a ser bancos; ahora les toca serlo a la fuerza. Los próximos meses se antojan un «sprint» hacia su privatización. Nueve grupos de cajas necesitan recapitalizarse para cumplir con las nuevas exigencias del Gobierno; para ello, cuatro han apostado por captar inversores privados, a los que intentan convencer de que el suyo es un negocio rentable. Bankia, Banca Cívica, Mare Nostrum y el SIP de Cajastur, Caja de Extremadura y Caja Cantabria hablan ya de fechas y precios de salida a Bolsa. Pero todavía se desconoce quién está dispuesto a poner dinero en sus futuros bancos. Hasta ahora nadie ha dado un sí rotundo. Solo China se ha comprometido. A cambio, eso sí, habría exigido que las cajas futuras salgan al exterior, sobre todo hacia un mercado que al gigante asiático aún se le resiste: Iberoamérica.
Desde el pasado mes de enero, el Ejecutivo socialista, el Banco de España y las entidades financieras vienen mantiendo encuentros con fondos chinos y sus hombres de negocios. La propia CECA realizó en marzo un «road show» por Asia y Oriente Próximo en el que los inversores que más interés mostraron por el sector de las cajas de ahorros fueron los chinos, según han señalado a este diario fuentes financieras conocedoras de esas reuniones.
China, que en numerosas ocasiones ha reconocido tener «mucho interés» en las cajas, habría condicionado su participación en ellas a que desarrollen una estrategia de internacionalización que se focalice en los países suramericanos, aseguraron esas mismas fuentes. El objetivo de los inversores asiáticos sería desembarcar en la región de la mano de un socio «local»; los intereses chinos han encontrado en Iberoamérica muchas más trabas que en África, donde su presencia es ya imparable, o en Europa.
La duda es si las cajas serían capaces de afrontar tal aventura. El proceso de reordenación y recapitalización impulsado por el Gobierno se encamina a crear entidades más grandes —ya se ha pasado de 45 a 17 grupos de cajas— y solventes. Pero también a reducir su capacidad instalada: todas, en mayor o menor medida, han cerrado sucursales en España. «Posiblemente los inversores extranjeros exijan un plan de internacionalización para diversificar riesgos», señala José María Martínez, responsable de banca de CC.OO. «Pero no puede ser inmediata porque las cajas, primero, deben ordenar su propio patio», avisa.
Relaciones cruzadas
El perfil del inversor es también clave en ese futuro allende los mares. Los analistas recuerdan el caso de La Caixa. Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, controlará hasta un 1% de CaixaBank, el banco cotizado de la caja catalana. Y la entidad presidida por Isidro Fainé y Slim controlan conjuntamente GF Inbursa, entidad con negocio minorista en Iberoamérica. Ahora esa relación se refuerza. Mapfre, fuertemente ligada a Caja Madrid, tiene gran presencia en la zona. Bankia podría aprovechar ese puente hacia la región. Y quién sabe si eso satisfaría los deseos chinos.







