Tenía hoy uno la idea de verter aquí sus opiniones más o menos irrelevantes sobre los fichajes del Madrid, pero la Ley de Igualdad de Trato, o Ley Pajín, me ha quitado las ganas, pues tampoco es cosa de exponerse a pagar medio millón (el abanico de multas va de los 150 a los 500.000 euros) por decir que Messi es peor que Cristiano, que ahí quiero ver yo ahora al Tartarín de Platini decir en su Tarascón de la UEFA que el fichaje de Cristiano es una indecencia.
Pajín, la señorita que da nombre a una ley que podría firmar tranquilamente Stalin, es de la Real Sociedad, y con su ley viene a arrancarle otro pelo al lobo del Madrid, cuyo signo es la excelencia, esa cosa tan de derechas, frente al Barcelona, cuyo fútbol es de izquierdas, dicho sea con boca de piñón, pues se basa en la igualdad de trato entre un Messi y un Chigrinski. ¿Por qué Chigrinski, si ya no está? Simplemente: porque en el fútbol, al decir de Piqué, todo vuelve, y parece más fácil la vuelta de Chigrinski que la vuelta de las Copas a las manos de Pepe o de Van Persie, ése que ahora, con magnífico espíritu jansenista, avisa de que, si sales de noche, a los 33 años estarás acabado. Desde luego, a él, la noche del Barcelona, lo dejaron salir del campo una hora antes y acabó el partido.
—El fútbol ha de ser respeto—, dice Infantino, el tipo que tiene Platini para decir que el fútbol ha de ser respeto.
Pero aquí, respeto, lo que se dice respeto, sólo hay el que nos da la Ley Pajín. Ni Infantino con sus infantinadas ni el mercado con sus precios de Todo a Cuarenta y Cinco. Parece que fue ayer cuando el Todo a Cien (cien millones de pesetas, establecida por el Athletic con Talín Alexanco, el rematador de corners que se inventó Cruyff), y miren dónde estamos.
—La discriminación indirecta se produce cuando una disposición, criterio o práctica aparentemente neutras ocasiona o puede ocasionar a una o varias personas una desventaja particular respecto a las otras—, dice la Ley Pajín. Con eso en la mano, un suplente podrá recurrir las alineaciones de Mourinho y Guardiola, por citar a los entrenadores de los dos únicos clubs con dinero para hacer interesante a la ley.
¿Neymar o Agüero?
Neymar aparece rodeado de la fanfarria que rodeaba a Robinho, que un día jugó veinte minutos excelentes en Cádiz. Pero no veo a Neymar andando tranquilamente por los pasillos del Bernabéu. Agüero, en cambio, está hecho a los atascos y a los «indignados» madrileños, además de aportar al juego (mediático) a un suegro en chándal por el palco, mitad madre de la Pantoja, mitad padre de Hamilton. Si tuviera dinero diría cuál de los dos me gusta más para el Madrid. Como no lo tengo (y no precisamente por respeto al «fair play» financiero que para atar al Madrid postula la UEFA), no lo puedo decir.







