Economía

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Merkel y Sarkozy pactan un rescate exprés para calmar a los mercados

La canciller alemana cede y admite que la participación de los bancos en la ayuda a Grecia sea voluntariaEl Ibex se apunta las mayores alzas de las Bolsas europeas, un 2,18%, y la prima de riesgo baja a 260 puntos

Día 18/06/2011

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«Hemos encontrado una solución», adelantaba el presidente francés, confirmando el desbloqueo del segundo rescate griego y dando alas a los mercados. Alemania y Francia harán «todo lo posible» para salvar «cuanto antes» la situación de Atenas, la de los bancos allí expuestos y la solvencia de la eurozona; pero no han puesto fecha.

Angela Merkel y Nicolas Sarkozy han fijado cuatro puntos de partida: la aceptación voluntaria por los acreedores de una quita o aplazamiento en el cobro de sus bonos, que la reestructuración no sea percibida como un «caso de impagos», que la decisión se tome de acuerdo con el BCE y que se actúe «lo más rápido posible».

La firmeza de la canciller alemana sobre una reestructuración con pérdidas para los acreedores privados, ha cedido ante la presión de París, el BCE y el eurogrupo, que de entrada han impedido postergar las decisiones hasta septiembre, como parecía buscar Berlín a fin de ganar tiempo. Esperar no sería «moverse deprisa» matizó Sarkozy.

Alivio en los parqués

El inesperado desbloqueo de la situación, que podría ratificarse en la reunión del Eurogrupo de este fin de semana, ha relajado la presión sobre la moneda única y estimulado las bolsas. Abonados a la incertidumbre por una crisis que se antojaba de larga duración, los mercados internacionales recibieron con indisimulado alivio el acuerdo exprés.

Nada más conocerse la noticia, el diferencial del bono español a diez años se posicionaba por debajo de los 270 puntos básicos. Al cierre de la sesión bursátil, la caída se intensificaba hasta los 261 puntos, que contrastaban con los 274 de la jornada anterior.

El Ibex también abría la barra libre a la euforia y se disparaba un 2,18%, el mayor salto hacia adelante de los últimos tres meses. Los bancos —encabezados por BBVA (5,54%), Bankinter (4,39%) y Santander (4,3%)— volvieron a ser los protagonistas indiscutibles de la jornada, esta vez para bien. En un abrir y cerrar de ojos, la semana en la que todos los desvíos parecían desembocar en el mismo abismo acabó cerrando con signo positivo, un 1,85%. El euro también recobró olvidados bríos y recuperó la barrera de los 1,43 dólares.

Desde el lunes se sabrá si la tendencia se consolida o todo se queda en un repunte de efervescencia coyuntural, una tregua en la tormenta, pero el presidente Zapatero ya aprovechó ayer el alivio en el mercado de deuda para tratar de marcar distancias con el pegajoso fantasma griego. En una conversación informal con periodistas en el avión que le trasladaba a Rusia, donde ayer se entrevistaba con Dmitri Medvédev, el presidente aseguró que España no tiene riesgo de contagio de Grecia, informa Ep, al tiempo que celebró el acuerdo de Merkel y Sarkozy.

Ambos líderes subrayaron ayer la necesidad de actuar con rapidez y abogan por una iniciativa «a la vienesa», que suponga un paulatino cambio voluntario de bonos, como el abordado en 2008 con los centroeuropeos del Este. La propuesta difiere de la sostenida por el ministro alemán Schäuble que, en vez de un intercambio, introducía una cancelación y recompra de bonos. Se busca sortear así un posible castigo de las agencias de calificación.

Agencias bajo sospecha

Precisamente ayer, Moody's amenazó a Italia con rebajar su rating por las dudas sobre su crecimiento, los mercados financieros y la capacidad del Gobierno de reducir el déficit.

Pero estas entidades de calificación siguen en el ojo del huracán, permanentementes envueltas en la polémica por el conflicto que supone ser juez y parte. El regulador de Estados Unidos (la SEC) está considerando presentar cargos civiles por fraude contra algunas de ellas por su papel en la evolución de la oferta de bonos hipotecarios que ayudaron a desatar la crisis financiera, según «The Wall Street Journal».

A la espera del veredicto de las temidas agencias, Merkel ha recordado que el proceso está pendiente del informe de la troika —UE, FMI y BCE— sobre los avances de las reformas en Atenas. En todo caso, la UE no tardó en mostrar su acuerdo con las líneas maestras del pacto de las dos grandes potencias. A través de su recurrente cuenta de Twitter, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, aseguró que el nuevo programa debería incluir «financiación voluntaria del sector privado».

Y mientras crecen los rumores sobre los plazos del nuevo rescate, también comienzan a proliferar las estimaciones sobre sus números. El economista jefe de Deutsche Bank estima en 200.000 millones el coste de un reajuste griego. Thomas Mayer aseguró al «Weser Kurier» que «de los 340.000 millones de endeudamiento, podrían ser comprados 170.000 millones», a razón de dos a uno, por bonos del fondo europeo de Rescate (ESFS); a ello se añadirían «20 o 30 millones en mano» que costaría la estabilización de la banca griega, «lo que significa 200.000 millones para zanjar el problema». Salvar la eurozona puede parecer caro, pero no tiene precio.

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