Menos mal que llevaban las acreditaciones colgadas al cuello, cual medalla de hermandad, con los nombres y apellidos tal y como aparecían en aquellas listas que el profesor, como papagayo, cantaba cada mañana para confirmar que estaban todos, sentados, duchaditos, con la raya peinada al lado y oliendo a «Nenuco», porque algunos en vez de reconocerse el otro día era como si se acabasen de presentar. Ya sabe, el marcador del tiempo no siempre hace la misma mella a todos por igual. Veinticinco años no son moco de pavo, ni de pava, son veinticinco años, uno detrás de otro. En un cuarto de siglo truena y escampa tantas veces que es bastante osado pretender en un día, que se queda respingón, ponerse al tanto de los recorridos que cada uno emprendió desde que embarcaron en el altillo la mochila o la carpeta forrada con fotos de Mecano y Hombres G. Al menos sirvió para actualizar la base de datos mental de
Paquito — el que jugaba de maravilla a la pelota— y que hoy es don Francisco o del sinvergonzón de Quico y que hoy es el doctor Fernández. Tras veintinueve líneas se habrá percatado que hoy le hago una nueva entrega del serial coleccionable de aniversarios de promociones escolares que me estoy recorriendo últimamente de los colegios más señeros de esta ciudad de las fotos.
D Hoy martes me embarco en esta crónica para hablarle del XXV Aniversario de la promoción de alumnos del Colegio Claretde 1986. El párroco de San Antonio María Claret, José Márquez, fue el encargado de oficiar la misa de acción de gracias. Tras ésta, siguiendo el mismo esquema que el resto de colegios, los antiguos alumnos hicieron un recorrido por las instalaciones del centro para comprobar las obras realizadas en esta escuela cristiana de Heliópolis. Luego, ya en el Pabellón de España, proyectaron un vídeo editado con grabaciones e imágenes de ayer, en aquellos años setenta de cambios, en los que jugaban al hockey mientras se les iba entre los dedos los pocos años que iban a disfrutar sin hipotecas. Llegó el almuerzo, las copas y las actuaciones que se estiraron hasta las y pico de la
madrugada...
