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«Espera lo mejor. Prepárate para lo peor». Esta frase preside el libro de 56 páginas que el sindicato de jugadores de la NBA entregó a sus miembros el pasado mes de febrero. En él se advertía sobre la posibilidad de que hubiera un cierre patronal y se daban consejos para afrontar la hipotética situación de crisis de la mejor manera posible. Un manual de supervivencia que una vez que el «lockout» se ha hecho realidad debe guiar los pasos de los jugadores.
El mensaje es muy simple. Ahora que las franquicias van a dejar de pagar las multimillonarias nóminas a sus jugadores, es hora de evitar caprichos. Ese Bentley puede esperar. La incertidumbre que rodea al cierre patronal —aún se desconoce hasta cuándo durará— obliga a los jugadores a hacer un ejercicio de supervivencia para evitar derroches innecesarios y no verse abocados a un situación económica complicada. En el manual se recomienda «controlar los gastos domésticos, hipotecas y alquileres» y sugiere «no comprar nuevos coches, ropa y joyas», ya que resulta difícil deshacerse de ellos en tiempos de crisis y el beneficio tras su venta suele ser muy pequeño.
En otro apartado se aconseja «evitar viajes a destinos como Las Vegas o Atlantic City dos de las ciudades del juego por excelencia», donde el derroche suele ser la nota habitual. Jugadores como Juwan Howard o Shaquille O'Neal, presentes en el cierre patronal de 1999, sugieren «ahorrar e invertir el dinero con cabeza», tanto si hay “lockout” como si no, así como evitar atraer la atención de la prensa con declaraciones extravagantes, tal y como hizo en aquella ocasión Kenny Anderson, cuando reveló al New York Times que tenía pensado vender uno de sus coches. «No los necesito todos, así que me desharé del Mercedes», declaró justo antes de que todos los medios se le echaran encima para focalizar la crisis en su persona.
Aunque el libro ha llegado a manos de todos los jugadores, no todos harán caso de los consejos. Según declaró Jim McIlvaine, antiguo baloncestista y ex tesorero de la Unión de jugadores, durante un torneo universitario «podrías empapelar el interior de las casas de los jugadores de la NBA con las páginas de este libro y todavía habría algún cabeza hueca que no haría bien las cosas».
Europa, a la espera
Mientras se busca un acuerdo entre propietarios y jugadores, los equipos europeos ya se frotan las manos con la posibilidad de que alguna de las estrellas de la NBA pueda venir a jugar al otro lado del Atlántico. La posibilidad, tal y como ha apuntado Pau Gasol, existe, aunque es muy complicada. De hecho, lo lógico es que los interesados esperen al 7 de enero, fecha límite de la negociación, para decidir si se enrolan en algún equipo, ya que la opción de empezar la temporada en Europa y marcharse después de Navidad no seduce ni a jugadores ni a los propios equipos.
Por otro lado, las federaciones ya trabajan de manera conjunta para firmar un seguro colectivo para garantizar la presencia de las estrellas de la NBA en el Eurobasket.