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Sucede en Austin, en el Frank Erwin Center, calor asfixiante en la calle y frío polar en el recinto de la discordia que Estados Unidos ha escogido para probar a una España huérfana de Rafa Nadal. «Son favoritos», admite Albert Costa, el capitán, «pero tenemos un grupo de jugadores con mucha calidad y capacidad para ganar». A domicilio, en una fecha que siempre alimenta el debate de la competición porque llega justo después del tute de Roland Garros y Wimbledon, España compite por una plaza en las semifinales y recupera el espíritu de Mar del Plata, en donde se sobrepuso a las adversidades para conquistar la tercera Ensaladera. España tiene ganas y fe.
El equipo es idéntico, mismos rostros y mismos nombres, y Albert Costa repite la apuesta que tan bien le funcionó a Emilio Sánchez Vicario, entonces seleccionador nacional. Para empezar, tal y como ocurrió en aquel mágico fin de semana de gritos argentinos, hoy jugarán los individuales David Ferrer y Feliciano López, sorpresa relativa porque el toledano está en un nivel notable después de alcanzar los cuartos en la hierba de Londres. El sorteo quiso que López abra la eliminatoria ante Mardy Fish (21 horas, Teledeporte) y luego pide paso David Ferrer, que se cita con el ídolo Andy Roddick. Se juega en Austin porque ahí reside el cañonero, discutible su nivel en los últimos torneos, y la pista, rápida y bajo techo —premier—, favorece sensiblemente a los americanos. «Más que la superficie, encontramos que la bola —del circuito femenino— es muy ligera», sostiene Albert Costa, que planifica el doble con Verdasco y Feli para la batalla contra los Bryan.
El rey de la Davis
Estados Unidos es sinónimo de tenis, campeón en 32 ocasiones de la Copa Davis, fábrica de jugadores con seis números uno en la historia que ahora tiene serios problemas de producción e identidad. Fish es el ocho del mundo y Roddick el diez, pero hace apenas unas semanas no había norteamericanos entre los diez primeros de la ATP. algo que nunca había ocurrido desde que se instauró el sistema actual de clasificación. Celebran que no está Nadal, de vacaciones obligadas con sus amigos para darse un respiro, pero Costa advierte: «Esto es un equipo». Con esa idea, mucho más ambiciosa de la que se empleó el año pasado en la misma eliminatoria contra Francia en Clermont-Ferrand (5-0), la selección silenció los berridos de Mar del Plata.






