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Día 11/07/2011
El actor y director Achero Mañas, uno de los impulsores del manifiesto —suscrito por más de un centenar de intérpretes y directores— que días atrás reclamaba la «refundación» de la SGAE tras los graves acontecimientos vividos, también le ha pedido a Teddy Bautista que dimita. Lo ha hecho a través de una carta remitida ayer a ABC, (texto íntegro en www.abc.es/cultura). En ella le transmite sus sensaciones después de que la Guardia Civil entrara el pasado 1 de julio en la entidad, y de conocerse la investigación —que ya había adelantado ABC— por parte de la Audiencia Nacional. «Todos esperábamos que, por el bien de la sociedad, usted presentara su dimisión. Pero, desgraciadamente, no estuvo a la altura de las circunstancias y no lo hizo demostrando, una vez más, que su interés personal está muy por encima del interés general de la Sociedad General de Autores».
Afirma que «si usted, como algunos piensan, fuera inocente, sería un gesto honorable, honesto que demostraría su integridad... Una sentencia absolutoria en un futuro trascendería y la SGAE sabría recompensarle enormemente por su indudable gesto de lealtad. Si, por el contrario, es consciente de haber cometido los delitos que se le imputan, su actitud se hace cada vez más difícl de entender, ya que pronto saldrá a la luz y su imagen y la imagen de la sociedad empeorarían considerablemente si se mantiene en el poder».
Mañas se pregunta también en la misiva sobre las razones que están llevando a Bautista a mantenerse en el poder, como «la negociacion de un contrato blindado (corre ese rumor)», «el sentimiento de injusticia que esta situación le produce» o «la arrogancia del político que piensa que el barco sin su presencia podrá hundirse».
La carta, titulada «La poltrona», que para Mañas simboliza el poder, concluye refiriéndose a ésta. «Con usted no cabe la posibilidad del engaño, buscándole otro pequeño asiento en otro lugar. Esto es imposible y usted ve que está muertoy, como la posibilidad de quedarse es imposible, solo tiene dos salidas. Llevarse y arrastrar el barco hasta que se hunda con usted, con todo lo que ello significa, o tratar de agarrarse a La Poltrona como única alternativa que le permita seguir sintiendo esa sensación de vivir el, terrible y despiadado, sueño de lo eterno. Pero su contrato, señor Bautista, se ha acabado en la SGAE, no era, como se pensaba, para toda la eternidad».






