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Lunes negro en los mercados. El precio del bono español supera el 6%, el más alto desde 1997, y el italiano, en máximos, se dispara hasta el 5,7%
Día 12/07/2011
Los mercados de deuda y las Bolsas mundiales vivieron ayer una jornada de infarto. El virus griego se extiende como una mancha de aceite por los países de la periferia europea. Italia tiembla y hace temblar al euro y a los países más débiles de la zona entre los que una vez más se encuentra España.
La reunión de los líderes europeos, enfrascados en el segundo rescate a Grecia y con las dudas sobre Italia como telón de fondo, apenas calmó a los mercados, y al otro lado del Atlántico la falta de acuerdo para elevar el techo de deuda en Estados Unidos y la posibilidad de que la locomotora de la economía mundial suspenda pagos solo sirvió para empeorar la fuerte crisis que vive Europa.
La peor jornada para la deuda española desde el estallido de la crisis financiera colocó el riesgo país por encima de los 340 puntos básicos, con lo que el bono español a diez años superó el 6%, la cifra más alta desde 1997. Una cota además peligrosa ya que se acerca al nivel en el que la deuda griega, la irlandesa o la lusa se encontraban en el momento en el que fueron intervenidas.
Según algunos analistas una prima de 400 puntos básicos es lo máximo que se podría alcanzar antes de una intervención.
El lunes negro en los mercados coincidió en España con la remodelación del Gobierno Zapatero, una remodelación que no calmó a los inversores. De hecho, el anuncio del presidente del nuevo Ejecutivo coincidió con un repunte de la prima de riesgo, si bien es cierto que el repunte se produjo también en otros países de la periferia europea.
No obstante, la desconfianza en la economía española es un hecho, y las dudas sobre la implementación de reformas en vísperas de unas elecciones que todavía no tienen fecha tienen inquieto al mercado, más si cabe tras las declaraciones y el guiño a la izquierda del candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, y sus ataques continuos a la banca.
También en el parqué madrileño se vivió una jornada de infarto. El principal indicador del mercado español llegó a caer hasta cerca del 4%, aunque al cierre, las pérdidas quedaron mitigadas hasta el 2,69%. Aún así, se trata de la segunda mayor caída del año, que deja el Ibex en los 9.670,6 puntos.
Un día más fueron los bancos los más castigados, con un descenso del índice sectorial del 3,6%. Además entidades como Caixabank se dejaron un 5,29% y caídas entorno a ese 4% registraron la mayoría de las entidades financieras.
El foco del incendio
En Italia, donde ahora se encuentra el principal brote de lo que ya se está convirtiendo en epidemia, la prima de riesgo marcó un nuevo récord, superando los 300 puntos básicos y acercándose a la española. El precio del bono italiano rozó el 5,7%, la cifra que se exigía al bono español el pasado viernes. El precio de la deuda disparada, unido a la jornada de pasión de la Bolsa italiana (su índice FTSE Mib cerró en -3,96%), reflejan que el nerviosismo permanece ligado a un eventual contagio a Italia y a la crisis de la deuda, que en el caso de Italia es colosal al superar el 120% del PIB, informa Ángel Gómez Fuentes desde Roma.
No hay pruebas claras, pero no se puede decir que las medidas adoptadas en la noche del domingo por la Consob (órgano regulador de la Bolsa italiana) para limitar las ventas al descubierto hayan surtido efecto. Un operador ha explicado: «Se ha dado el efecto de la bola de nieve, una espiral de pánico que empuja a todos a vender cuando las cosas van mal».
La aprobación rápida del plan de recortes de 47.000 millones en el Parlamento es, por el momento, la única carta que tiene en mano el Gobierno Berlusconi para intentar que cesen las especulaciones. Pero al ser un Gobierno débil, acosado por divisiones y algunos escándalos y sentencias judiciales, hacen todo más complicado. Además, el plan aprobado por el Gobierno de Berlusconi deja el grueso del ajuste para 2013 y 2014, lo que ha provocado la desconfianza del mercado.
Unidad nacional
El jefe del Estado hizo ayer un llamamiento a la unidad nacional. En una intervención pública señaló que la «seriedad» de todas las fuerzas políticas es el único antídoto capaz de evitar daños irreparables, evocando la «cohesión nacional para superar las difíciles pruebas a las que está siendo sometida Italia». Por su parte, la oposición también defendió esa estrategia de mantener una línea de «responsabilidad nacional».
Pero ayer el batacazo se extendió por todas las plazas bursátiles de Europa. Los números rojos inundaron las pantallas de los «brokers» y la banca sufrió un desplome generalizado. El selectivo europeo que más perdió durante la jornada fue el PSI 20 portugués, que se dejó un 4,28%. Los dos valores que más cedieron fueron, precisamente, fueron sus principales bancos. El Banco Espírito Santo cayó un 6,64% seguido de cerca por el Banco Comercial Português que retrocedió un 6,55%.
Grecia, el origen del virus, vio como su principal indicador, el FTSE Athex 20 perdía un 3,48%, y sus bancos caían una media del 7%. El Bank of Cyprus Group lideró los descensos helenos con un 8,33% abajo. El Eurobank EFG y el Marfin Laiki Bank cedieron un -7,91% y -6,90, respectivamente.
Ni siquiera los grandes parqués se libraron de la sangría. En Fráncfort el DAX se dejó un 2,33% y el Commerzbank fue su valor más castigado con pérdidas del 8,64% por título. En París, la expansión del virus de la deuda hizo perder al CAC 40 un 2,71% y a Credit Agricole el peor valor de la sesión con una caída libre del 7,66%. Sin duda, un lunes más que negro...rojo.
Y mientras, el euro perdía posiciones frente a las principales divisas del mundo y el bono alemán y el oro se convertían en valores refugio.







