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Falta un año para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, y una preocupación atraviesa la ciudad. Dentro de doce meses, se acumularán las celebraciones por las bodas de diamante de la Reina (Isabel II cumplirá 60 años en el trono en junio), las Olimpiadas desde el 27 de julio al 12 de agosto, y el inicio de la Champions League un fin de semana después. Y no se sabe todavía si las autoridades ampliarán los horarios de apertura de los pubs para hacer frente a la «fiebre del oro amarillo» que predice la asociación de cerveceros británica. «Durante los partidos de Inglaterra del Mundial de Fútbol de 2010 se bebieron 30 millones de pintas, debemos prepararnos», aseguraba esta semana David Wilson, un portavoz de la asociación.
El ex atleta Lord Sebastian Coe, presidente del Comité organizador de Londres 2012, aseguró ayer que las preparaciones «van en plazo y dentro de presupuesto, casi todas las sedes están construidas y las más de seis millones de entradas vendidas casi en su totalidad», explicó en una teleconferencia con varios medios.
Coe se refirió además a la candidatura de Madrid para 2020 con los siguientes consejos: «La carrera olímpica es un largo camino, y lo importante en estos casos es saber cómo vas a competir por la candidatura y por qué se quiere ser ciudad olímpica», según explica a ABC. El pasado día 13, el ayuntamiento de la capital de España aprobó aspirar por tercera vez consecutiva a unos Juegos.
Ejemplo de Barcelona
Coe, que fue oro en 1.500 metros en 1980 y 1984, destaca el ejemplo urbanístico de Barcelona 1992: «Su regeneración es la mejor hasta ahora», dice, y remarca que el Parque Olímpico en construcción en el Este de Londres será el «mayor parque urbano construido en los últimos 100 años en Europa», con unas 500 hectáreas de verde en una zona industrial. Según cálculos de la empresa Visa, unos 800.000 visitantes diarios dejarán casi 850 millones de euros extra en la ciudad. Aunque, por otro lado, agravarán con tres millones de trayectos adicionales los 24 millones de viajes que se hacen cada día en Londres.
Coe mostró su preocupación por el dopaje, «un problema global» que será atacado en estos Juegos con una cifra récord de 5.500 controles, según ha advertido ya el Comité Olímpico Internacional. Ayer, su presidente, el belga Jacques Rogge, lanzó un mensaje contundente a los atletas tentados: «Vamos a sacar pruebas de vuestra orina y vuestra sangre, el control será permanente, y os encontraremos». A Rogge le preocupa también el creciente sector de las apuestas ilegales. «Lleva a amañar los partidos», y alerta: «Será solo el inicio de una batalla enorme».
