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La piscina china deja marcas superadas diez años después, oros compartidos o medallas precoces
Día 01/08/2011 - 19.31h
Acabó el Mundial de Natación de Shanghái, antesala de los Juegos Olímpicos de Londres, y dejó marcas, hazañas y rivalidades que quedarán para el recuerdo y tendrán continuidad en la cita de 2012.
1.500 metros
Sun Yang batió el récord más longevo
El Mundial de Shanghái vio a un ídolo local, Sun Yang, acabar con la plusmarca mundial más resistente. 10 años y 2 días hacía que el australiano Grant Hackett había establecido el récord de los 1.500 metros con un crono de 14:34.56. Yang superó esa marca en 42 centésimas, dejando el nuevo tope en 14:35.14. Es su distancia fetiche, pues en 2010 ya logró anotarse el segundo mejor registro de la historia y en los Mundiales de 2009, todavía con 17 años, se colgó el bronce al cuello en esta disciplina.
Otro doblete en 200 y 400
Pellegrini igualó la gesta de Ian Thorpe
Tras dos años de altibajos, la italiana Federica Pellegrini encontró la mejor forma de volver a ser noticia dentro de las piscinas. Y no de cualquier manera: logró por segundo Mundial consecutivo los títulos en 200 y 400 metros libres, una reválida de la que hasta ahora solo había sido capaz Ian Thorpe (2001 y 2003). Los anteriores fueron en Roma, ante su público, justo antes de una cuesta abajo que se iniciaría con la muerte de su entrenador, Alberto Castagnetti. No encontró la estabilidad hasta el pasado diciembre, cuando recurrió al ex entrenador de Laure Manadou. Con Philippe Lucas, la italiana recupera un puesto preferente en la natación mundial.
Missy Franklin
La natación tiene una nueva princesa
Mientras Ryan Lochte pegaba dentelladas al dominio de Michael Phelps, la natación estadounidense se encontró con el nacimiento de una estrella. A sus 16 años Melissa «Missy» Franklin se despide de Shanghái con cinco preseas, entre ellas tres oros. De los dos títulos mundiales, uno fue individual: los 200 metros espalda. Pero también en los relevos ha dejado momentos brillantes: el tiempo de su posta en los 200 libres fue mejor que el que sirvió a Federica Pellegrini para llevarse el oro individual. Un misil.
Dos empates registrados
El Mundial de los oros compartidos
Shanghái ha tenido espacio para lo impensado. Tales fueron los dos empates por el oro que tuvieron lugar en sus piscinas. Los primeros fueron los franceses Camille Lacourt y Jeremy Stravius, que firmaron un idéntico 52,76 en la final de los 100 metros espalda. Un oro para cada uno y «La Marsellesa» para todos. Días después fueron la danesa Jeanette Ottesen y la bielorrusa Aliaksandra Herasimenia quienes se repartieron el primer cajón del podio. La disciplina, los 100 libres, y el tiempo, 53.45. Aunque los empates podrían haberse resuelto recurriendo a las milésimas, la FINA desestimó este sistema tras emplearlo por primera y última vez en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.