Economía

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Wall Street impone otro lunes negro y difumina el «efecto Trichet»

El BCE compró deuda española y rebajó la prima de riesgo en 80 puntos básicos, pero el miedo a EE.UU. noqueó las bolsas mundiales

Día 09/08/2011
Wall Street impone otro lunes negro y difumina el «efecto Trichet»

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El Banco Central Europeo comprendió por fin que a los mercados no se les aplaca —o satisface— con discursos ambiguos como el que el pasado jueves pronunció su presidente, Jean Claude Trichet, y que no hizo más que echar gasolina al incendio que venían sufriendo las bolsas y los tesoros públicos del Viejo Continente.

Ayer, el supervisor comunitario vertió un cubo de agua fría al comprar títulos de deuda pública de España e Italia, los dos países en la diana de grandes bancos de inversión, «hedge funds» y compañías de seguros, entre otros. La prima de riesgo española retrocedió más de 80 puntos básicos y la italiana también se relajó. Bruselas convirtió lo que se antojaba un nuevo «lunes negro» en una mañana de claroscuros. Porque a falta de políticas concretas para acelerar la salida de la crisis, el fuego sigue vivo en los parqués. Las bolsas de todo el mundo se desplomaron ayer contagiadas por Wall Street, que sucumbió al azote de Standard & Poor's y al temor a un frenazo a la recuperación de la economía a escala global.

La jornada fue de infarto. Los mercados amanecieron ayer con la decisión del BCE en la noche del domingo de cumplir con las exigencias —hechos y no palabras— de los inversores (y también de los especuladores) y dedicó la jornada a adquirir títulos españoles e italianos por un valor, a falta de cifras oficiales, de unos 2.500 millones de euros, según estimaciones del propio mercado.

De inmediato, el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán, referente de solvencia, bajó hasta los 280 puntos básicos, después de cerrar el viernes cerca de los 370 puntos y tras una semana en que se disparó hasta los 425. Al finalizar la sesión marcó 289,43 puntos. Esto es, en solo un día la prima de riesgo de España retrocedió más de 80 puntos, lo que supone su mejor jornada desde la creación del euro. La de Italia, que sigue por encima de la española, también se movió a la baja, de los 373, 98 a los 302,60 puntos.

Esa euforia se trasladó al parqué madrileño. A media mañana, el Ibex 35 llegó a subir más de un 3% tras una semana entera en «números rojos». La operación diseñada por el consejo de gobierno del emisor europeo, que podría mantener la compra de deuda periférica hasta que en otoño el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) asuma esa función, parecía haber funcionado a todos los niveles. Y entonces abrió sus puertas el parqué neoyorquino.

La jornada de ayer reveló las dos caras de los mercados. Mientras que la renta fija se estabilizó por debajo de los 300 puntos básicos gracias a los parches del BCE, las bolsas siguieron su camino hacia el abismo. Las dudas sobre la economía de EE.UU. —que el viernes sufrió la primera rebaja de calificación de su deuda en la historia— contaron con dos días para fermentarse y ayer, en la apertura de Wall Street, arrasaron con los mercados en todo el mundo, como se temía.

Batacazo de Nueva York

Nada más comenzar la sesión, el Dow Jones de Industriales cedía ya un 1,5%. Pero la caída se fue intensificando y al cierre de la sesión se desplomó un 5,55%, un descalabro superior al registrado en otra fecha clave en la historia negra de Wall Street: el 15 de septiembre de 2008. Aquel lunes, la quiebra de Lehman Brothers se saldaba con un derrumbe del 4,42%. Al descalabro del principal índice se sumó ayer el del S&P 500, que cedió un 6,66%, y el del Nasdaq, que se hundió un 6,11%.

Así las cosas, el Ibex no aguantó el pulso y se fue abajo. Al cierre cedió un 2,44% y se sitúa en niveles de abril de 2008. El DAX alemán se dejó un 5,02%. el CAC-40 de París perdió un 4,68%, y Londres, que nada tiene que ver con la crisis de deuda europea, cedió un 3,39%. En Iberoamérica la caída fue mayor: el Merval argentino se hundió un 10,73%, el Bovespa brasileño, un 8,1%, y la Bolsa de Chile, un 6,92%.

«Lo que los mercados están pidiendo es una respuesta más contundente a los problemas de la UE», opina Miguel Ángel Rodríguez, analista de la agencia de inversión XTB. Ahora mismo «se está viendo que la economía es global» y el mercado «está echando un pulso a los políticos». Con la jornada de ayer quedó claro que la verdadera preocupación de los inversores es el crecimiento económico.

«La operación del BCE ha contribuido a rebajar las tensiones en la deuda de España e Italia al menos a corto plazo», dice Miguel Arregui, de Analistas Financieros Internacionales (Afi), «pero el desplome de las bolsas es cuestión del ciclo económico, que está deteriorado». Carlos Andrés, director de inversiones de March Gestión, explica que en las últimas dos semanas confluyeron en el mercado tres circunstancias: la crisis de deuda europea, el debate del techo de endeudamiento en EE.UU. y el estancamiento de la economía. «Las medidas del BCE y el acuerdo entre demócratas y republicanos despeja temporalmente los dos primeros. Ahora hay que solucionar el tercero», dice Andrés.

Los analistas consultados apuntan a que hay que atajarlos de manera individual. Uno por uno. La cuestión es cómo resolver el problema de las cuentas públicas sin lastrar la recuperación. Y viceversa. Los líderes de los países en el ojo del huracán han tomado nota y en los últimos días las llamadas y reuniones a uno y otro lado del Atlántico se suceden. Los mercados insisten: ya no valen paños de agua tibia.

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