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El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha pedido a España e Italia «de forma extremadamente clara» que aceleren las reformas para volver cuanto antes al equilibrio presupuestario, según reveló ayer en una entrevista a la radio francesa «Europa 1». Jean Claude Trichet ha confirmado que el BCE está comprando deuda en el mercado secundario, lo que ha contribuido a calmar el mercado europeo de bonos soberanos, pero insiste en que los países beneficiados deben aplicar lo más rápidamente posible las reformas necesarias, porque la institución que preside no tiene intención de seguir esta política de forma indefinida. Los detalles de esta intervención, incluidos los montantes y los países cuya deuda ha sido comprada, no se conocerán hasta el lunes.
Aunque Trichet ha hablado de que nos encontramos ante «la crisis más grave desde la II Guerra Mundial», la Comisión Europea mantiene sus previsiones de crecimiento para este año, dentro de un «optimismo relativo». El presidente José Manuel Barroso «sigue constantemente la actualidad» pero no tiene intención de interrumpir sus vacaciones porque según uno de sus portavoces «estar en Lisboa o en Bruselas no es lo más importante» y la institución mantiene que sus previsiones «son más optimistas que lo que reflejan los mercados». Según Bruselas, «en Europa hay una tendencia clara hacia el crecimiento, aunque por ahora es desequilibrada».
Trichet coincide con la Comisión en que son los estados miembros los que deben poner en marcha cuanto antes las decisiones tomadas en la cumbre del 21 de julio, sobre todo la de «crear la posibilidad de que el Fondo Europeo de Estabilización Financiera intervenga en el mercado secundario de obligaciones», precisamente para que no tenga que hacerlo el BCE como está sucediendo esta semana. Trichet ha insistido en que ha pedido a los dirigentes europeos que «confirmen» esta posibilidad, para despejar las dudas que dejaron las reticencias de la canciller alemana Angela Merkel en la última cumbre. «Lo que esperamos en estos momentos es que los gobiernos europeos hagan lo que creemos que es su trabajo y estén a la altura de sus responsabilidades», ha dicho Trichet refiriéndose al trámite político que debe completarse todavía y que incluye la ratificación de los parlamentos nacionales. Además del escaso entusiasmo alemán, Eslovaquia o Finlandia están poniendo en duda incluso su participación en la operación del segundo rescate de Grecia.
En este ambiente de inestabilidad de los mercados —ayer hubo otra jornada de nerviosismo en toda Europa y los descensos solo se moderaron a última hora— el calendario político sigue prisionero de las vacaciones. La presidencia polaca, país que no está en el euro, puede agradecer que no fuese invitada a la reunión de julio, porque así evita que la crisis pueda turbar las suyas.
