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Italia no se rinde al ataque de los mercados. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, convocó ayer un consejo de ministros para el 18 de agosto con el objetivo de aprobar las nuevas medidas anticrisis solicitadas por el Banco Central Europeo para tranquilizar a los mercados.
Berlusconi hizo el anuncio en una reunión con los agentes sociales en la que trató de encontrar el máximo consenso sobre el plan de austeridad de 79.000 millones de euros que el Ejecutivo italiano aprobó en julio, en un intento de adelantar su llegada al Parlamento.
Según unas filtraciones a la prensa, entre las nuevas medidas que Berlusconi baraja se encuentra la imposición de un gravamen adicional sobre la segunda vivienda y una subida de los impuestos, además de la privatización de empresas públicas. A ello habría que sumar una previsible aceleración del proceso que retrasará la edad de jubilación vinculándola a la esperanza de vida.
Precisamente esta medida es la que más recelos despierta. Tanto la federalista Liga Norte —principal apoyo de Berlusconi— como el Partido Democrático —líder de la oposición por la izquierda— se han mostrado reacios a «tocar las pensiones». La medida tampoco ha hecho ninguna gracia a los sindicatos italianos. Sin embargo, el secretario de la Confederación de Sindicatos de los Trabajadores (Cisl), Rafaelle Bonanni, señaló que «las medidas deben ser aprobadas en seguida», al tiempo que pidió «una reforma fiscal hecha de justicia y economía».
Esta actitud reformista de Italia fue bien acogida por los mercados. El Tesoro transalpino logró colocar ayer 6.500 millones de euros en letras a doce meses a un interés mucho menor que el de subastas anteriores, del 2,959%, frente al 3,67% del pasado 12 de julio.
Equilibrio presupuestario
Según algunos cálculos realizados por la prensa del país transalpino, la aprobación de estas nuevas medidas podría adelantar a 2013 la consecución del objetivo de equilibrio presupuestario, previsto para 2014.
Por otro lado, la Fiscalía de Trani acusó ayer a las agencias de «rating» Moody's y S&P de emitir «juicios falsos o imprudentes sobre la economía italiana». El ministerio público está investigando a tres analistas de S&P y uno de Moody's por publicar informes negativos antes de la hora de cierre del mercado, lo que afectó de manera negativa a la economía italiana.
