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«La liga no dará comienzo hasta que se firme un nuevo convenio». Tajante. Firme. Sin medias tintas ni peros. Así se mostró el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) en la rueda de prensa de ayer. Una reunión en la que se vio arropado por más de un centenar de jugadores de Primera y Segunda división que le acompañaban en la decisión unánime de convocar huelga para las dos primeras jornadas a escasos ocho días del comienzo de la Liga. Un paso al frente atronador en la larga batalla por sus derechos. Con Carles Puyol, Iker Casillas, Fernando Llorente o Xabi Alonso dando muestras de que todos, equipos grandes y pequeños, están unidos por la misma causa: que se respeten los contratos. [Gráfico: Los equipos en peor situación económica]
La decisión adoptada llega como consecuencia del acuerdo «unilateral» aprobado por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) en el que no se tienen en cuenta los pactos acordados «en estos 17 meses de negociación en los que hemos tenido situaciones tensas, pero conseguimos una relación de trabajo que permitía avanzar con todas las instituciones, menos con la LFP». Sobre todo, la AFE denuncia que los 10 millones del fondo de garantía aprobado es «insuficiente a todas luces», ya que «no se cubren las deudas de la temporada pasada, y menos aún las que se generen después». Otro de los puntos conflictivos son los derechos de imagen; la LFP quiere que sean cedidos a los clubes, pero para los jugadores es «algo inherente a la propia persona».
Unidad total
Rubiales reclamó, en nombre de todos los jugadores, que se cumplan los contratos pues solo así «la competición será sana para los aficionados y se evitarán los desajustes entre los que juegan en un equipo y en otro».
A pesar de convocar la huelga, la AFE no cierra las puertas de continuar la negociación, pero buscan «medidas preventivas, no solo paliativas» y que como en otra ligas europeas, no se permita a un club participar en la competición si se demuestra que no puede pagar a sus trabajadores. Pero, según los jugadores, nada de eso está incluido en el acuerdo. «Pedimos a la LFP que se pudiera romper un contrato si el club no pagaba tres mensualidades; pero se ha dejado de lado, como todo lo que tratamos», alegó Rubiales. Los derechos de las televisiones tuvieron prioridad. Ya la temporada pasada comenzaron los impagos. Siguieron como muestra de buena voluntad. «Vuelve a suceder. Y hemos dicho basta ya».
Jugadores de Primera y Segunda; futbolistas que cobran sus sueldos cada mes y los que llevan mucho tiempo sin cobrar, todos se unieron para respaldar la iniciativa. «Y vamos a llegar hasta el final», manifestó Munitis. No buscan más dinero —como aseguró el portero del Real Zaragoza Toni Doblas— «solo que nos paguen lo que se firmó. La Liga aumenta sus ingresos y las deudas son cada vez mayores», Quieren unas garantías que eviten los impagos que en esta temporada afectan a 200 jugadores, entre ellos, José María Movilla, del Rayo Vallecano: «Es inadmisible que un trabajador esté sin cobrar tanto tiempo y no tenga tampoco garantías de nada esta próxima temporada».
Sin embargo, la LFP se mostró sorprendida por la convocatoria de huelga. Su presidente, José Luis Astiazarán, comunicó su contrariedad al saberse el anuncio: «No creo que tengan motivos para convocarla. Muchas solicitudes de los futbolistas están en la mesa y se avanza. No entendemos el sentido de esta huelga». Astiazarán también confía en que no se rompan los pasos ya dados «para buscar fórmulas que hagan avanzar el convenio», para lo que apeló a los propios jugadores.
Apoyo internacional
Los españoles no están solos. A la rueda de prensa también acudieron los presidentes de asociaciones de jugadores de Portugal, Francia, Alemania —la inglesa por escrito— y el Sindicato Mundial, que apoyaron la decisión tomada por la AFE. El presidente portugués, Joaquim Evangelista, mostró su solidaridad: «No entiendo cómo unos campeones del mundo están sufriendo esta situación. El convenio portugués es mejor que el español».
Solo faltan ocho días para que comience la Liga. Las partes parecen más lejos que nunca. Los jugadores han lanzado su ataque y ahora la LFP tiene la pelota en su tejado. los aficionados ya miran la cuenta atrás.






