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La localidad vallisoletana de Boecillo se despertó consternada hoy al conocer que tres niños, de 3, 9 y 14 años, aparecieron muertos en el centro de Mensajeros de la Paz para menores con graves discapacidades y grandes carencias familiares. Los cuerpos sin vida de los menores fueron descubiertos en torno a las 9.15 horas por las dos trabajadoras que entraban en su turno para el cuidado de estos niños, que habían estado al cuidado de otra empleada durante toda la noche. Precisamente esta persona, que se encontraba en el centro en ese momento, es la presunta autora de la muertes de los menores, que al parecer presentaban signos de violencia. Según fuentes policiales, los niños habrían sido asfixiados con bolsas de plástico.
La cuidadora fue trasladada al módulo penitenciario del Hospital Clínico Universitario de Valladolid para ser curada de unas heridas, pues según fuentes de la investigación podría haber intentado suicidarse. Además, la presunta culpable fue interrogada por los investigadores policiales para conocer con detalle las causas del trágico suceso.
Nada más recibir la llamada desde el mismo centro de Mensajeros de la Paz de una de las cuidadoras que en ese momento hacía el cambio de turno, efectivos de la Guardia Civil de Valladolid se trasladaron al lugar para hacerse cargo del caso junto al juzgado de guardia, que decretó el secreto del sumario y precintó la instalaciones.
De inmediato, las autoridades competentes se pusieron a disposición del juzgado. En este sentido, la consejera de Familia, Milagros Marcos, y el presidente de Mensajeros de la Paz, ofrecieron una rueda de prensa para aportar los pocos datos que se conocen del caso y para trasladar las condolencias las familias y profundizar en un mensaje de tranquilidad sobre los servicios que presta esta ONG que cuenta con el aval de la Junta de Castilla y León a través de un convenio. Milagros Marcos que tuvo palabras de consuelo para las familias de los niños fallecidos, cuyas identidades se desconocen aunque se saben que son de Burgos, Salamanca y Guinea Ecuatorial, resaltó que el suceso, a la espera de saber los resultados de la investigación, apunta a que la ciudadora acabó con la vida de los menores, si bien se desconoce qué le llevó a tomar esta dramática decisión.
Estado de enajenación
En este sentido, el padre Ángel manifestó su perplejidad por el suceso y lo atribuyó, a la espera de la investigación, a un estado de enajenación de la ciudadora, que llevaba cinco años trabajando en este centro, que tiene capacidad para seis menores y en el que trabajan siete personas. El presidente de Mensajero de la Paz llegó a hablar de un episodio de "locura" para explicar el hecho, pues las trabajadoras de este centro, como del resto que tiene esta ONG en toda España -siete en Castilla y León- les mueve a prestar un servicio de apoyo estos menores con graves discapacidades y profundos problemas familiares muy por encima de sus responsabilidades como trabajadoras sociales. De hecho, el padre Ángel concretó que unas de las cuidadoras que había trabajado en el centro de Boecillo tenía intención de adoptar a uno de los niños muertos, una práctica que es habitual entre las trabajadoras de Mensajeros de la Paz, "lo que habla bien a las claras de la implicación personal de las ciudadoras", subrayó ante los periodistas.
La consejera de Familia concluyó resaltando que nada apunta a una negligencia del servicio, pues el cuidado de los menores con estas características de salud y familiar cuentan con un programa de la Junta de Castilla y León que el padre Ángel calificó como "la niña de sus ojos" de este departamento.








