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Las hogueras son las protagonistas de la mayoría de las Fiestas de San Juan, pero en Ciudadela, Menorca, el protagonista es otro. El caballo comparte con el toro el simbolismo de la fuerza y la vitalidad, aunque el negro, el color del de raza autóctona menorquina, a menudo representa el hambre. La celebración ecuestre consta de tres pruebas: «Ensortilla», meter al galope un palo en una anilla; «rompre ses carotes», un jinete debe romper con su lanza el escudo de otro, y «córrer abraçats», en el que se lanzan al galope, y antes de finalizar el trayecto deben juntar los caballos, abrazarse y besarse. Hay que ser un gran jinete y tener al caballo muy bien domado para poder aguantar.
