Economía

Economía

Merkel impone sus recetas de austeridad a una débil Francia

Berlín asegura que la creación de los Eurobonos que demanda la periferia europea, y que París ve con buenos ojos, no es una prioridad

Día 16/08/2011

Compartir

Aunque los portavoces del Palacio del Eliseo se empeñan en recordar que la cita de hoy entre el presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Mérkel ya estaba programada desde hace tiempo, lo cierto es que es imposible no verla como una reunión de emergencia destinada a marcar el destino de toda la zona euro. Con los mercados de medio mundo pendientes del menor gesto de esta sesión del eje franco-alemán, los dos dirigentes se proponen lanzar una señal que pueda inyectar tranquilidad.

A pesar de que en determinados círculos se especulaba con la posibilidad de que una de las cuestiones a discutir sería la creación de los eurobonos, Alemania ya ha hecho saber que no es el asunto prioritario. Steffen Seibert, el portavoz de la canciller alemana, advirtió ayer que las discusiones se centrarán en «las medidas para una mejor coordinación de las políticas económicas» de los distintos países europeos, dentro del paquete de gobernanza que Alemania impulsa como salida de la crisis. El ministro de finanzas, Wolfgang Schauble ha dicho en una entrevista que le parece bien que existan distintos tipos de interés para que sirvan de «aliciente y de castigo para obligar a seguir políticas presupuestarias sólidas».

Francia no es de los países que están en primera línea pidiendo la emisión de deuda colectiva para todos los países de la zona euro (como Bélgica, Luxemburgo, Italia o Grecia) pero no lo vería con malos ojos. De hecho se sabe que apoyó la compra de deuda italiana y española por parte del Banco Central Europeo la semana pasada, mientras que Alemania ha considerado que se trató de un grave error. En realidad, la Francia de hoy es probablemente el socio más debilitado de la historia del eje franco-alemán. El ministro francés de Economía, Francois Baroin, entiende que «la situación no puede seguir así» por lo que se impone avanzar en el desarrollo de la gobernanza económica de los países del euro, en sintonía con las propuestas de Merkel. Con los bancos franceses en el microscopio después de un ataque especulativo la semana pasada y el calendario electoral a la vuelta de la esquina, Sarkozy no tiene mucho más margen de maniobra que ponerse en sintonía con la canciller.

Los encargados del protocolo han previsto una rueda de prensa en la que ambos piensan transmitir el mensaje de tranquilidad con el que se proponen calmar la atmósfera en los mercados de deuda, aunque los asuntos esenciales los tratarán después, en una cena de trabajo, de la que no se informará inmediatamente. Es en esta parte de la reunión en la que se espera que la canciller pondrá sobre la mesa —nunca mejor dicho— sus ideas para obligar a todos los países de la zona euro a una disciplina presupuestaria estricta, controlada de reojo desde Berlín. Hace más de un año que el llamado «paquete de gobernanza» se pasea entre el despacho del presidete del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y las capitales, pasando por el Parlamento Europeo, con la impresión de que la velocidad de los acontecimientos está pillando por sorpresa a todos.

El Elíseo busca dinero

Francia, cuya deuda pública acumulada ha alcanzado en los últimos años proporciones mastodónticas, tiene pocos argumentos para oponerse a la política que promueve Alemania, sobre todo desde que los últimos datos revelasen que su economía está nuevamente rozando la recesión. Sin perspectivas de dinero fresco para las arcas del Estado, los acreedores pueden ponerse nerviosos como ya se demostró la semana pasada. Antes de recibir a Merkel, Sarkozy se reunirá con su primer ministro Francois Fillon para revisar las cifras del presupuesto, teniendo en cuenta los planes de reducir el déficit del 5,7% previsto para este año al 4,6% en 2012, año electoral, sin duda para dejar bien claros sus planes ante la canciller.

Lo único que a Merkel parece interesarle escuchar son cifras de recortes de gastos y de reducción de deuda, como vacuna contra las tensiones inflacionistas que amenazarían su modelo económico. Ante las peticiones de que se emitan bonos colectivos de deuda como un símbolo fuerte de solidaridad entre los países europeos, algunos observadores franceses se han atrevido a recordar ahora que sería injusto acusar a Alemania de actitud egoísta, cuando «desde el principio de la construcción europea los alemanes han sido los principales contribuyentes al presupuesto comnunitario y han aceptado contribuciones netas cuanto menos extravagantes» como subrayaba el viernes pasado el editorial de ««La Tribune».

A la espera de esta reunión, los principales mercados europeos han mantenido un discreto tono alcista, lo que tal vez indica que las esperanzas del anuncio de una decisión espectacular son también moderadas.

  • Compartir

publicidad
Consulta toda la programación de TV programacion de TV La Guía TV

Comentarios:

Sigue abcdesevilla en...

El abogado responde
Lo ?ltimo...

Copyright © ABC Periódico Electrónico S.L.U.