Comida «typical spanish» para los peregrinos

En uno de los ventanales de madera del Restaurante Sotero, en el madrileño barrio de Tetuán, luce la pegatina con el logo de la Jornada Mundial de la Juventud. Victoria García, la encargada del local, ha hecho un gran esfuerzo para que no falte de nada: productos y material en el almacén, vajillas, mesas... Cada día, todo debe estar listo para recibir a los jóvenes. Sotero es uno de los más de 1.500 restaurantes asociados al «Menú del Peregrino» que, desde el 16 hasta el 21 de agosto, ofrecen comidas y cenas a todos los que presenten el Cheque Gourmet en los establecimientos que tengan el distintivo JMJ.

«Hemos contratado a dos personas más, aunque todo va en función de la demanda. Si vemos que necesitamos más gente sirviendo, no dudaremos en ampliar personal», explica Virginia, consciente de que el grueso de los peregrinos se concentra en el centro de la ciudad, donde están programadas la mayoría de actividades culturales y de ocio, así como los actos a los que acudirá el Papa. El restaurante cuenta con nueve amplios salones, donde todo el que lo desee podrá llenar el estómago. Las personas que no estén inscritas en la JMJ pero deseen consumir el menú del peregrino podrán solicitarlo.

Los restaurantes adscritos eligieron entre dos tipos de menú definidos por la organización del evento. Entre los primeros y segundos platos encontramos: salmorejo con huevo y jamón, gazpacho con guarnición, calamares en su tinta con arroz o lomitos de cerdo con patatas fritas, entre otros. Y siempre acompañados de pan, bebida y postre. Las personas diabéticas, celíacas o vegetarianas dispondrán de restaurantes con menú especial. En total, se calcula que se darán aproximadamente 6 millones de comidas a lo largo de toda la semana.

Y es que, además de conocidas cadenas de restaurantes como McDonalds, Rodilla, Autogrill, Telepizza, etc., centenares de bares y restaurantes independientes quisieron también participar en la JMJ, como Sotero. «Es un servicio que podemos hacer, ya que en agosto íbamos a abrir igualmente, y que además nos hace sentirnos parte de este gran evento y compartir nuestra gastronomía con gente de fuera», cuenta Victoria.

Al igual que la Iglesia, estos restaurantes se convertirán, por unos días, en la casa de todos.

Café y churros a un euro

Cerca del Restaurante Sotero, en pleno Bravo Murillo, y regentado por el primo de Victoria, Miguel Ángel, se encuentra Casa Sotero, también muy ligado a la JMJ ya que, durante esta semana, los peregrinos, y todo el que se acerque hasta el local, pueden desayunar la especialidad de la casa: café y churros caseros, por tan solo un euro. Sin duda, la forma más castiza de empezar con energía unos días cargados de actividades y emociones.

«Vamos a ofrecer lo que tenemos. El objetivo no es conseguir beneficios, sino participar de un modo simbólico», explica Miguel Ángel, quien cuenta que se han hecho con un cargamento de vasos de plástico, por si se vieran desbordados y para que los peregrinos puedan disfrutar el desayuno donde quieran.

Laura, la mayor de los dos hijos de Miguel Ángel, tiene 11 años y, aunque no puede participar como voluntaria de la JMJ, colabora con su parroquia, Nuestra Señora del Espino, que acoge a más de 500 peregrinos italianos. Junto a otros compañeros, acondicionó los institutos y polideportivos del barrio, colocó carteles informativos y preparó las mochilas del peregrino. «Éramos tantos ayudando que al final terminamos enseguida», cuenta Pilar, la madre de Laura.

En el barrio de Tetuán institutos, polideportivos e iglesias son, por unos días, el hogar de aproximadamente 5.000 jóvenes. La casa de Miguel Ángel y su familia, al igual que su bar, también está abierta a la JMJ, ya que acogen a tres jóvenes italianas. «Todos los miembros de la familia tenemos claro que queremos participar de este evento de forma personal, involucrarnos en algo en lo que creemos».