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Los números rojos del Estado se redujeron un 11,8% hasta julio, por debajo de las expectativasEl superávit de la Seguridad Social se desplomó casi un 50% por la caída en las cotizaciones sociales
Día 01/09/2011
MADRID
El objetivo de reducir el déficit del conjunto de las administraciones públicas al 6% del PIB este año se torna en complicado a tenor de las cifras ofrecidas ayer por los ministerios de Economía y Trabajo.
El Gobierno se ha comprometido ante Bruselas a reducir este año en alrededor de 30.000 millones de euros los números rojos de las administraciones, reconduciendo el déficit que, desbocado, alcanzó el 9,2% en 2010. Sin embargo, pasado el ecuador del ejercicio, una reducción tal se ha convertido en muy complicada a no ser que se tomen medidas de ajuste adicional.
El Estado, que el año pasado se comportó mejor de lo esperado y pudo compensar las desviaciones del resto de administraciones, este ejercicio está en línea con las previsiones, e incluso algo por debajo. Hasta julio, el déficit estatal se situó en 22.746 millones de euros, un 2,09% del PIB, tras reducirse en un 11,8% en el periodo. Un mes antes, la reducción era del 19%, y en los meses anteriores llegó a ser de hasta el 50%. Por tanto, se frena la corrección.
La causa está fundamentalmente en el estancamiento de los ingresos tributarios por la atonía de la actividad económica. A 31 de julio, la recaudación impositiva, antes de hacer el reparto a las autonomías apenas subió un 1%, y los ingresos totales del Estado se mantuvieron prácticamente estables en relación a 2010.
Su principal partida, los ingresos derivados del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) aumentó en un 5,2% tras la subida de los tipos más altos ejecutada en enero, mientras que la recaudación del Impuesto de Sociedades continuó el descalabro que se lleva produciendo desde el inicio de la crisis. Las empresas pagaron en el periodo 4.761 millones por sus beneficios, casi un 24% que en el acumulado enero-julio del pasado ejercicio.
En el campo de los impuestos indirectos, la recaudación del IVA , directamente ligada con la evolución del consumo privado, ha reducido considerablemente su ritmo de avance, al crecer un 3,8%. Eliminado el efecto de la subida de tipos, que se produjo el de julio de 2010, el IVA refleja la caída del gasto de las familias. En julio, y pese a los malos datos del año pasado, los ingresos derivados del IVA cayeron un 15%.
Los impuestos especiales —aquellos que gravan tabaco, alcohol, hidrocarburos y electricidad— vieron mermada su recaudación en un 3,2% interanual, arrastrados por el menor consumo de gasolinas y gasóleos y de bebidas espirituosas, ambos muy asociados al ciclo económico.
Contención insuficiente
En el lado del gasto, cabe destacar el esfuerzo de moderación sobre los sueldos de funcionarios y personal laboral contratado, que se contrajo un 4,2% por la rebaja del 5% en los salarios. También descendió, en más de un 25%, el desembolso correspondiente a inversión real, acometida en su totalidad por los ministerios de Fomento, Defensa y Medio Ambiente, Medio Rural y Marino.







