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La cara de Rafa Nadal en la rueda de prensa posterior a su partido contra Nalbandian era un poema. No porque hubiera perdido (ganó 7-6, 6-1 y 7-5) sino por el intenso dolor que le provocó un calambre en el cuádriceps y en los isquios de la pierna derecha. Resoplaba con el gesto torcido hasta que no tuvo más remedio que tirarse al suelo y llamar a su fisioterapeuta.
A pesar de lo aparatoso de la situación, los calambres son algo de lo más frecuente entre los deportistas de élite, sobre todo después de partidos tan extenuantes como el que jugó Rafa. Más de dos horas y media peleando le pasaron factura.
Lo que le ocurrió a Nadal es lo que el común de los mortales conoce como que «se te suba la bola». Y quien lo ha sufrido sabe el dolor insoportable que produce. «Tantas horas de juego con un esfuerzo máximo provoca fatiga muscular y la contracción violenta e inesperada de la musculatura. Es algo habitual. Lo mejor es tirarse al suelo y esperar a que te estiren», explica José Santos, secretario general del Colegio de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
A los deportistas de alto nivel les suele pasar en el vestuario, una vez terminado el partido, pero con frío y la ayuda de los fisioterapeutas se alivia. «No tiene secuelas. En el siguiente partido estará estupendo porque, además, tiene un equipo de fisios muy bueno», afirma Santos.
Cómo evitar los calambres
Para prevenir este tipo de lesiones musculares después de hacer deporte, los fisioterapeutas recomiendan calentar y realizar estiramientos antes de empezar el ejercicio, hidratarse durante la práctica y tomar algo de glucosa, enfríar con ejercicios más suaves y terminar estirando. Pero este protocolo estándar no es suficiente para un deportista de élite. «Si los partidos se alargan llega un momento que el cuerpo no aguanta. Es muy dificil evitarlo cuando se juega a un alto nivel», matiza Santos.
«En el vestuario los fisios hacemos un trabajo previo para que el deportista salga caliente y cuando termina el partido un masaje de enfriamiento y estiramiento de la musculatura para prevenir estos calambres», señala el experto. En el caso de Nadal, los estiramientos tras el partido no fueron suficientes para evitar que en medio de la rueda de prensa el dolor le doblegara.