Gabilondo se alinea con los huelguistas: «No sobran profesores»

La conferencia de prensa de Ángel Gabilondo, ministro de Educación, ayer en Madrid, tuvo el sabor de una despedida. Pero no pudo evitar referirse a los numerosos problemas que se avecinan en este curso. El más inminentes, la amenaza de huelga de los docentes en comunidades autónomas como la de Madrid por el aumento de horas lectivas y el recorte de interinos (profesores con puesto no fijo).

A pregunta de ABC sobre las huelgas anunciadas ya en la capital de España y Galicia (gobernadas por el PP), Gabilondo mostró su «respeto» por el modo en que cada uno haga valer sus derechos de forma democrática. «No me corresponde a mí decidir si esta forma u otra y también hay que tener en cuenta el derecho de los estudiantes», subrayó, pero en cualquier caso «respeto el modo en que hagan valer sus derechos». «Lo que me corresponde es decir —añadió— que sean formas responsables, democráticas y que tengan en cuenta los derechos de todos, y espero que así sea». Según él, la cuestión no es el número de horas de clase que debe dar un docente, sino las que debe impartir si se quieren garantizar otras funciones y tareas claves del profesorado, como las tutorías y la atención personalizada, «para asegurar que el sistema siga siendo uno de los más equitativos del mundo». Más aún: «Nos inquieta que los recortes puedan afectar a la educación pública porque este incremento lectivo podría cuestionar objetivos educativos serios de país».

El ministro insistió en que «no sobran profesores» y que, con los recortes, «los verdaderamente perjudicados son los alumnos», y pidió diálogo y acuerdo entre los sindicatos y las comunidades donde existe conflicto laboral en educación para que el curso comience con normalidad. «No es mi estilo entablar una reyerta con ninguna comunidad, sino hacer un llamamiento a la responsabilidad de los gobiernos y parlamentos autonómicos para que la educación no salga perjudicada en los presupuestos», destacó. Y en otro momento sostuvo: «Llamaré a las comunidades a que cumplamos los programas del Plan de Acción Educativa (cofinanciados) y a que no se hagan recortes en educación». El secretario de Estado de Educación, Mario Bedera, iba a insistir en esta «posición firme» en una reunión técnica con las comunidades prevista para mañana. Afirmó que respetaba el «autogobierno»: «No queremos intervenir, sino coordinar y proponer para garantizar el trabajo de los profesores».

«Trabajan poco»

Gabilondo calificó de «poco presentables» los discursos de que los docentes «trabajan poco» o «no están motivados». Por el contrario, pidió que se les dote de medios y condiciones laborales adecuadas. También defendió el modelo lingüístico actual en Cataluña, aunque exigió a la Generalitat que cumpla con la sentencia del TSJC sobre los derechos para estudiar en castellano.

Pocas horas después, la secretaria de Políticas de Igualdad y Educación del PP, Sandra Moneo, declaraba que era lamentable que el Gobierno pidiera a las comunidades autónomas que no recortaran el gasto educativo «cuando los únicos recortes que se han producido en este sector han venido impulsados por el propio ministro». Para Sandra Moneo era «lamentable» que el ministro hiciera este tipo de afirmaciones cuando fue «incapaz» de aprobar un Pacto por la Educación que, entre otras mejoras, incluía el reconocimiento de autoridad pública del profesor y el estatuto del docente, unas medidas que «hubieran mejorado mucho las condiciones laborales» de este colectivo.

Moneo recordó que Rubalcaba fue el ministro que puso en marcha la LOGSE, la «responsable de las altas tasas de fracaso y abandono escolar, y de que en España el bachillerato sea de los más cortos de Europa».

En Galicia, el consejero de Educación, Xesús Vázquez, dio por inaugurado el curso escolar de la provincia de Orense, aunque no pudo participar en un acto previsto por la actitud protesta de cientos de profesores. Integrantes de los sindicatos, CC.OO., UGT, CIG y CSIF de Educación se concentraron delante del centro escolar CPI de Maside para pedir la dimisión del titular de Educación. Protestaban por las últimas medidas de la Xunta sobre la creación de aulas mixtas integradas por alumnos de diferentes edades, y contra la ampliación del horario lectivo de 21 a 25 horas.

En otro centro gallego, se registró el reventón de una tubería y se inundaron las aulas. Igualmente, no pudieron abrir algunos colegios como consecuencia de bajas laborales del profesorado o por la tardanza en el inicio de obras por parte de los respectivos ayuntamientos.