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—¿Qué le impulsó a escribir sobre el Duque de Lerma y su historia en la Corte del Rey?
—Soy un aficionado de la Historia y en 1988 me llegó una nota sobre este personaje que no conocía. Desde entonces empecé a investigarlo y en 2009 vine a Valladolid donde pude documentarme del todo.
—Los historiadores hablan del Duque de Lerma como el verdadero Rey de España por la influencia que tuvo sobre Felipe III. ¿Lo comparte?
—Sí, el efecto de la gestón de Lerma fue fuerte, prácticamente la responsabilidad del gobierno recayó en él. Mi postura sobre Lerma es intermedia, ni fue tan diablo, ni tan bueno.
—¿Qué se puede contar del libro sobre ésta ciudad que fue residencia de Felipe III por petición del Duque de Lerma?
—Valladolid para Lerma es muy importante en varios capítulos como el traslado de la Corte y su ocaso. Él siempre tuvo una predilección especial por ésta ciudad, por eso la escogió para su muerte.
—¿Había visitado más veces ésta Comunidad? ¿Qué opina de ella?
—Cuando fui ministro vine a Madrid invitado y me escapé un día a visitar Lerma. Para mí fue como un paraíso. Pude conocer lugares que marcaron la biografía del Duque, por ejemplo el Palacio ahora convertido en el Parador. También he conocido Valladolid porque mi hija vive aquí, y creo que la iglesia de San Pablo es una auténtica belleza.
—¿Cómo ve la situación de España respecto a la crisis financiera mundial?
—Mucho me temo que en España todavía ésta situación va para largo. Lo principal es salvar el modelo paneuropeo que ahora está en duda. Los peruanos sentimos preocupación y pena porque tenemos el concepto de madre patria hacia España.
—¿Y la recesión de Europa respecto al crecimiento de Sudamérica?
—Se está dando esa suerte de paradoja entre los países desarrollados y subdesarrollados. Ahora países como Perú, Chile, Uruguay o Argentina, que optaron por una economía social del Estado son los más eficientes.
—¿El gran crecimiento de Perú desde 2001 se debió a las medidas económicas implantadas por el entonces presidente Alejandro Toledo?
—Reconozco que cuando Alberto Fujimori gobernó del 90 al 95 sentó las bases de un modelo económico que no fuera sólo empresario y de clientelismo Después con Toledo se desarrolló y Alan García en términos de macroeconomía lo mantuvo. También es fruto de lo que España nos ha enseñado a lograr consensos.
—¿Ése fue el principio de una clase media que se está estabilizando?
—Definitivamente. Ha habido una movilidad social importante y la clase media está creciendo. Ya no interesa el apellido o de donde procedas, hay más familias con un nivel de renta medio. Y en términos de empleo el 90 por ciento lo da las micro y medianas empresas nacionales.
—Usted llevó ante la justicia a Fujimori, ¿qué es lo que más recuerda?
—Fue un domingo que estaba yo jugando al golf cuando me llamaron para decirme que Fujimori había aterrizado en Santiago de Chile. Rápidamente preparamos la estrategia para su extradición, que salió exitosa.
—¿Qué pensó cuando su hija Keiko se presentó a las presidenciales? ¿Le hubiera ocurrido algo a usted si hubiera ganado las elecciones?
—Era la máscara de su padre, si hubiese ganado estaría preocupado porque en política siempre hay venganza.
—¿Qué espera de Humala Ollanta?
—Se merece el beneficio de la duda. Hasta hoy el país camina porque está siguiendo las líneas, y está insistiendo mucho en la inclusión social.