En Vídeo
En imágenes
Día 18/09/2011
Solo dos meses después de que Europa sacara pecho por la rigurosidad de los tests de estrés a la banca se repliegan velas. La mayoría de los ministros de Economía europeos aseguraron ayer, al término de la reunión del Ecofin que se celebró en la ciudad polaca de Wroclaw, que el efecto de esas pruebas se ha evaporado y que en el futuro tendrán que ser más rigurosos, sobre todo vista la constatación de la que la banca europea necesita más capital para poder afrontar las tensiones de la crisis de la deuda soberana, que está pasando factura a las cuentas de resultados de muchas entidades en el viejo continente, sobre todo francesas y alemanas.
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, fue una de las que se mostró más clara en este asunto ya que dijo que «los tests de estrés deben reforzarse, sobre todo visto que la eficacia de los últimos se ha diluido ya». Entre las sugerencias para mejorar en el futuro estos exámenes Salgado apuntó que se podían unificar más los criterios de las entidades que se presentan a las pruebas, en lugar de que cada país decidiera por su cuenta los bancos que presentaba, como sucedió en julio.
Al margen de los deberes por hacer, una de las conclusiones del Ecofin de ayer es que hay que recapitalizar más las entidades financieras europeas, de tal modo que tengan más armas para defenderse del impacto negativo que está teniendo sobre ellas la crisis de la deuda soberana, tal y como anunció hace unos días el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un anticipo de su próximo informe de finales de este mes.
El ministro sueco de Finanzas, Anders Borg, aseguró que «hay una necesidad clara de recapitalizar entidades», en la línea de la ministra española, aunque ninguno de los dos quiso dar más detalles ni de las entidades que estarían afectadas ni los montantes. Salgado, en todo caso, aseguró que en España la liquidez está garantizada a través del Fondo Ordenado de Reestructuración Bancaria (FROB).
Los tests de estrés de julio arrojaron que los bancos europeos necesitaban conseguir capital por 6.000 millones de euros, público o privado, en los próximos seis meses como mucho. Esta cantidad es muy inferior a los 200.000 millones que calculó la director gerente del FMI hace unas semanas aunque, visto el revuelo que se armó, acabó matizando que la cifra no era exacta y que procedía solo de un borrador de trabajo.
Otro de los asuntos del Ecofin de ayer fue la posibilidad de introducir una tasa sobre las transacciones financieras, en un intento de crear una especie de fondo para que sean los bancos los que a medio plazo paguen sus posibles recapitalizaciones y no se acuda al dinero público, como ha sucedido en la actual crisis. Tal y como ha ocurrido en anteriores ocasiones que se ha tratado este asunto se ha comenzado a fraguar una corriente de opinión mayoritaria dentro del Eurogrupo en favor de esta tasa, de la que estarían excluidas las cuentas corrientes y los depósitos, aunque no en el seno de toda la Unión Europea, donde está el Reino Unido que se opone con uñas y dientes a cualquier impuesto nuevo para su preciada «City», en línea, por otra parte, con la posición de Estados Unidos.
La Comisión Europea presentará un borrador para la creación de esta tasa en unas semanas. En este asunto cabe recordar que, tal y como aseguró el comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, el 80% de las transacciones financieras que se realizan en todo el mundo se hacen entre Europa y Estados Unidos, por lo que es fundamental que haya un acuerdo sobre este tema a ambos lados del Atlántico.
Papandreu cancela el viaje
Precisamente, el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, canceló ayer un viaje a EE.UU. —donde iba a permanecer desde hoy y hasta el viernes— debido a la gravedad de la crisis que padece su país. El primer ministro decidió suspender el viaje debido a que la semana entrante «es especialmente crucial para aplicar las decisiones asumidas», informó un comunicado del despacho del jefe del Gobierno. Papandreu tenía previsto viajar a EE.UU. para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York y mantener una serie de encuentros de alto nivel, entre ellos, con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, y el secretario estadounidense del Tesoro, Timothy Geithner.
Sobre la regulación económica y financiera entre Europa y Estados Unidos, que centró los debates del Eurogrupo del viernes, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, aseguró ayer que, «a veces, las decisiones no son las mismas pero las intenciones sí, fruto de la estrecha cooperación que estamos realizando».
Euromanifestación
Al margen del Ecofin, la Confederación Europea de Sindicatos (CES) convocó ayer una manifestación encabezada por el secretario general de CC.OO., Ignacio Fernández Toxo, a la que acudieron alrededor de 30.000 personas, según los organizadores —las autoridades locales calculan que solo 15.000—, para protestar por los planes de austeridad que hay en la mayoría de los países europeos y que, según el CES, está provocando aumento del paro, rebajas de sueldo y más precariedad.
Toxo, presidente del CES, aseguró que la reunión del Ecofin había sido «muy decepcionante ya que lo que se ha impuesto en Europa es la ideología neoliberal»







