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El atronador recibimiento en San Paolo presagiaba un partido durísimo para el Villarreal. Magnífico el ambiente en las gradas del estadio del Nápoles, para nada desconocido para el equipo de Garrido, que la pasada campaña lo conoció en la Europa League, pero que dejó aturdidos durante muchos minutos a los futbolistas amarillos. [Narración y estadísticas]
Un rugido continuo que empuja a los napolitanos en cada encuentro, pero que se convertía en martilleante para los españoles. La Copa de Europa se jugaba en el estadio donde Diego Maradona triunfó en los ochenta. Sobre ese césped el Villarreal se complicó la clasificación en su grupo —«el de la muerte»—, cayendo después de una primera media hora asfixiante por parte del conjunto de Walter Mazzarri. Después de dos jornadas, el equipo castellonense sigue con cero puntos en su casillero.
La salida eléctrica del Nápoles intimidó al Villarreal. Los italianos se mostraron inquebrantables atrás y las salidas al contragolpe con Hamsik, Lavezzi y Cavani apabullaron a un equipo incapaz de contrarrestar lo atronador de la grada y lo arrollador del juego napolitano. La clave del encuentro se produjo al cuarto de hora de encuentro. Dos minutos fatídicos pusieron el partido cuesta arriba a los españoles. En el 15, Lavezzi oteó la cresta de Hamsik, que solo marcó el primero. En el 17, el mismo argentino fue objeto de penalti. Cavani no falló ante Diego López.
El empuje napolitano duró quince minutos. Poco a poco, los de Mazzarri se replegaron y buscaron las contras. La pelota fue para el Villarreal, pero fue imposible romper la retaguardia italiana. Rossi al poco de comenzar el segundo tiempo tuvo una buena ocasión con un remate de cabeza. La posesión amarilla creció hasta el finl del encuentro, pero no hubo opciones. Con todo, el árbitro pecó de casero y hubo dos penaltis que no vio sobre el Villarreal.
