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«Muchos historiadores del arte, filósofos o incluso artistas han contribuido a forjar la imagen actual de Velázquez como un artista para el que pintar no es imitar sino pensar. Pero probablemente nadie ha aportado más en esta tarea, ni ha construido un sistema más coherente, verosímil y complejo que Julián Gállego». Con estas palabras, Javier Portús, jefe del Departamento de Pintura Española del Museo del Prado, definió la labor del crítico Julián Gállego, cuyos escritos completos sobre Velázquez y su obra acaban de ser publicados en un libro por el Centro de Estudios Europa Hispánica (CEEH), en su colección «Velazqueña».
Portús, acompañado por el editor de CEEH, José Luis Colomer; el director de ABC Cultural, Fernando R. Lafuente y Jesús García Calero, redactor jefe de Cultura de este periódico, presentaron ayer el libro «La realidad trascendida».
Un antes y un después
El conservador de pintura española del Prado afirmó también que a Gállego «debemos el intento más serio que se ha hecho en el último medio siglo de crear un marco interpretativo nuevo que nos sirva para entender la obra del pintor sevillano». De hecho, destacó que hay una obra que marca un antes y un después en la que Gállego «planteó los temas y las inquietudes que le singularizan respecto a los demás historiadores del arte español». Esa obra es «Visión y símbolos en la pintura española del Siglo de Oro».
El gran discípulo de Francastel reunía «un sentido común, una claridad de ideas, una cultura y un gusto por la pintura que solo rara vez se dan juntos en un mismo historiador», según dijo Portús, para quien, gracias a Gállego pasamos de un artista «que colmaba los anhelos naturalistas decimonónicos» a, un siglo después, entender a Velázquez como un pintor «que refleja también los intereses contemporáneos. Para nuestro tiempo —concluyó Portús— no es un pintor sin historia sino un artista sumamente consciente del lugar que ocupa en la tradición pictórica y al que le estimula la emulación y la competencia».
Por su parte, Fernando R. Lafuente, que había abierto el acto, recordó en su intervención la enorme dimensión de Gállego y su vinculación desde el inicio, desde la primera portada, con ABC Cultural. Y reivindicó la labor que la publicación mantiene hoy con la misma mezcla de tradición y modernidad, marca de la casa.
Colomer, por su parte, relató la génesis del libro y cómo al igual que los ensayos ejercieron notable influencia en los especialistas, los artículos de periódico abrieron al gran público «su cultura y su curiosidad inagotable». Y García Calero destacó que la eclosión de Gállego en las páginas de arte de ABC coincidió con un momento histórico en que los ciudadanos de la joven democracia demandaban cada día más cultura.
En el acto de presentación estaba el sobrino de Julián Gállego, José Pérez Gállego, quien ha brindado fotografías del álbum familiar que completan el magnífico libro. Asistieron a la presentación en la Casa de ABC el arquitecto Rafael Moneo, la galerista Elvira González, la directora de la Residencia de Estudiantes, Alicia Gómez Navarro; la coleccionista y expresidenta del Patronato del Reina Sofía, Pilar Citoler; el catedrático José Jiménez, la historiadora Jesusa Vega, la restauradora Carmen Guasp, el diseñador Lorenzo Caprile, el magistrado Francisco Pérez Cobos, el académico de la Historia Santiago Sáenz, y los conservadores del Museo del Prado Carmen Garrido, Miguel Falomir, Ana González Moreno, Andrés Úbeda, José Manuel Matilla y Leticia Azcue, entre otros.






