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Todos los personajes de «La violación de Lucrecia» de Shakespeare recaen en Núria Espert. Ella los interioriza y los expulsa. La función que dirige Miguel del Arco llega avalada por cien representaciones que han cautivado al público de toda España. «Vengo con un espectáculo muy adecuado para este espacio y con un director extraordinario», destaca una Espert visiblemente emocionada por su reencuentro con estas cuatro paredes del Lliure de Gràcia en las que ha vivido «momentos inolvidables».
La sala de la calle Montseny recibe este montaje durante veinte días, del 6 al 23 de octubre. «No es un monólogo —insiste la actriz—, es una función». Pero es evidente que ella sola afronta en solitario este gran reto. «Me enamoré de esta obra por su sensibilización sobre la violencia machista», desvela. El texto, un poema publicado en 1594 y dedicado al Conde Southampton, nos explica el descarnado relato de una violación.
«La narradora empieza a relatar y poco a poco se va enajenando y llega un momento en que los personajes pasan a apoderarse de ella», destaca Del Arco sobre el papel de la Espert. La transformación de la actriz en los diferentes personajes es la clave del éxito. «Espert afronta esos cambios sin artilugios, sin vestuario ni maquillaje —desvela el director—. El peso recae en el virtuosismo interpretativo y en el dominio de la palabra». Este montaje se estrenó el año pasado en Temporada Alta de Girona y desde entonces ha sufrido muy pocos cambios.
El próximo proyecto de la Espert es «La loba», de Lilian Helman, que estrenará en abril en el Teatro María Guerrero de Madrid bajo la dirección de Gerardo Vera.«Comparado con esto, “La loba” me parece lo más fácil del mundo», apunta la actriz, que sigue con una actividad frenética y que en su próximo papel interpretará a una «mala, malísima».
Por último, el productor del espectáculo, Juanjo Seoane, comentó que fue la propia actriz la quien le pidió hacer «La violación de Lucrecia». «Ella prefirió que le dirigiera un director joven y yo le propuse Miguel del Arco», añadió Seoane.
