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Juan Carlos Navarro es el enemigo público número uno. Solo unos días después de haber sido el héroe para millones de españoles, con su mágica actuación en el Europeo de Lituania, su muñeca dejará de ser venerada por la totalidad de la afición española para ser solo motivo de culto de los seguidores azulgranas. El motivo no es otro que el inicio de la Liga Endesa, en la que el escolta catalán y su Barcelona Regal aparecen, una vez más, como claros favoritos al título.
El dominio del baloncesto nacional del Barça en los últimos tres años ha sido casi absoluto. Solo el Caja Laboral, con un título de Supercopa y otro de Liga, ha podido intercalarse en el camino triunfal del conjunto azulgrana. Una dictadura fundamentada en la clase del mejor jugador europeo, al que Joan Creus y Xavi Pascual han sabido rodear de talento. Así es el Barça, el gran favorito para revalidar el título, que tras las bajas de hombres importantes como Ricky Rubio o Alan Anderson, ha traído como sustitutos de garantías a Marcelinho Huertas o Chuck Eidson. Una plantilla de muchos quilates, apuntalada con el regreso de Pete Mickael tras la lesión que le mantuvo apartado la temporada pasada.
Para hacerles frente, el Real Madrid ha trabajado con cabeza, manteniendo el bloque que le llevó a disputar la Final Four de la Euroliga quince años después, y reforzándolo con hombres de calidad en el perímetro, su talón de Aquiles. Por ahí ha llegado uno de esos jugadores especiales que pueden hacer de un buen equipo, uno campeón. Rudy Fernández está feliz en su vuelta a España. Aún no ha podido debutar de manera oficial con el Madrid —se perdió la Supercopa por una inoportuna lesión de espalda—, pero está muy ilusionado con esta nueva etapa, al igual que ocurre con su nueva afición, a la que la llegada del balear le ha dado fuerzas para pensar que es posible derrotar al Barcelona. El único pero a su contratación es su futuro, ligado a la NBA y a los Mavericks, aunque el equipo dirigido por Pablo Laso ya ha demostrado que sin él también pueden ser competitivos. Jaycee Carroll, máximo anotador de la ACB en los últimos años, parece que se ha adaptado bien, al igual que el lituano Pocius.
Una Liga a dos velocidades
Al igual que ocurre en la liga BBVA de fútbol, también aquí se produce un gran desfase presupuestario entre los dos grandes y el resto. Quizá por eso tiene más mérito el trabajo de un Caja Laboral que, otro año más, se reinventa a sí mismo para luchar por todo. Barac, Marcelinho, Logan… muchas despedidas que han obligado a Ivanovic y Querejeta a hacer reformas, con un viejo conocido como Pablo Prigioni a la cabeza. Por detrás, además del Bilbao Basket y el Valencia, las cosas están muy abiertas, tanto en la lucha por los play offs, como para eludir el descenso.
El primer gran objetivo del año, la Copa, se disputará entre el 16 y el 19 de febrero, mientras que los play offs no comenzarán hasta el 17 de mayo. Entre medias esperan grandes duelos, como el clásico (4 de enero y 2 de mayo).
