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Castigo inmerecido el que recibió el Villarreal porque Sergio Agüero apareció en el momento menos oportuno para apuntillar a los españoles y dejarlos prácticamente con nulas opciones de seguir viviendo lo que solo una competición como la «Champions» brinda a aquellos que clubes que van más allá de la fase de grupos. El argentino, suplente de inicio, recogió un balón en el corazón del área chica cuando el Villarreal casi celebraba un punto que hubiese dejado las puertas abiertas. [Narración y estadísticas]
El equipo de Juan Carlos Garrido, con un gran segundo tiempo, muy diferente al primer acto, dejó claro en el temido Ciudad de Manchester y frente al poderoso equipo, creado a base de talonario, del City que podía competir con los grandes de Europa.
El conjunto español aguantó el resultado de empate hasta los últimos segundos porque supo sobreponerse a una primer mitad en la que el City fue muy superior, aunque no resolutivo, y porque creyó en que sí era posible sorprender al ogro celeste, al que David Silva movió a su antojo durante el primer tiempo.
Tremendo City
El tempranero gol de Cani, remachando un tiro de Rossi que no logró rechazar bien Hart, bajo la incesante lluvia de Manchester no hizo más que despertar a la bestia de Mancini. El Villarreal llegó para practicar su fútbol combinativo, al menos esa era su intención, pero fue imposible frente al poderío físico del multimillonario equipo «citizen»;el empuje de Touré Yayá —el «Boss» del equipo inglés—; y el ingenio de David Silva—bien asociado con Nasri—, que es ese futbolista diferente, que dota al líder de la Premier de puntos de distinción futbolísitca.
Cani adelantó al Villarreal a los 4 minutos, pero un gol de Marchena en propia puerta empató el choque
Duro castigo
Quiso el Villarreal plantarle cara al ogro celeste en el segundo tiempo. Estaba claro. O creían o ya podían prepararse para sufrir. Comenzó a costarle a Silva llevar la batuta del juego británico, al tiempo que el conjunto español sí encontraba alternativas para estirarse y proponer opciones desde el manejo de Borja Valero y De Guzmán. Comenzaba a verse un espectáculo más parejo, cada cual con sus armas, lo que llevó a Mancini a juntar a Dzeko con Agüero, al tiempo que a los ingleses mostraban signos de bajada de revoluciones y de encontrar problemas para encontrar a Silva.
Gesto serio el del técnico italino. Desesperación en los futbolistas «citizen». El Villarreal comenzaba a creer que se podía ganar o al menos aguantar el resultado. El punto podía ser bueno, pensando que restan nueve por disputar. Los minutos finales fueron de infarto. El Villarreal creyendo que se podía salir vivo de Manchester y el City intentando no generar más dudas en la «Champions», donde hasta ayer solo sumaba un punto.
Cuando la historia se acababa y el equipo español había dejado claro que era justo merecedor del resultado apareció Agüero para castigar duramente al Villarreal y dejarlo prácticamente fuera de la Liga de Campeones.







