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Deportes / EUROPA LEAGUE

Udine, sucursal Granada

El Udinese es el líder del Calcio y envía los jugadores que le sobran al club andaluz

Día 20/10/2011
EFE

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Los nuevos tiempos de ingeniería financiera en el fútbol decretan una época de singulares fórmulas económicas. Todas giran alrededor de su majestad el euro, pero unas navegan al borde de la legalidad, como el fondo de inversión patrocinado por el super-agente Jorge Mendes que está bajo investigación en la FIFA, y otras triunfan a base de peculiares asociaciones. Es el caso del rival del Atlético hoy en la tercera jornada de la Europa League. El Udinese manda en Italia —líder, empatado con el Juventus— y gestiona sus recursos en España a través de su sucursal, el Granada.

El empresario Giampaolo Pozzo es el presidente más longevo de los clubes italianos (cuatro meses más en el cargo que Berlusconi). Compró el Udinese en 1986 después de uno de los habituales escándalos de apuestas fraudulentas que ensucian el fútbol italiano. Reflotó a la entidad de las cebras con fichajes potentes en los años noventa (históricos como Graziani, Collovati o Bertoni), aunque nunca se desprendió del tufo turbulento. Una llamada de Pozzo al presidente del Lazio en 1990 fue usada como prueba de negocios ilícitos en el fútbol para el tribunal que lo juzgó. Desde entonces es el propietario, pero no el presidente.

Uno de sus hijos, Gino, vive en Barcelona y se dedicó, como papá, al negocio del fútbol. Gino movía jugadores, según la terminología al uso en el gremio. En una de las operaciones coincidió con Enrique Pina, ex futbolista murciano de categorías inferiores que también se buscaba la vida como agente.

La química entre ambos derivó en algo más que una buena amistad. Pina se embarcó en el proyecto del Ciudad de Murcia gracias a sus tentáculos con la familia Pozzo. Lo llevó a Segunda división con un método sencillo: en el equipo jugaban la mayoría de los futbolistas que no tenían sitio en el Udinese. Así adquirían valor y podían ser vendidos a buen precio. Gino Pozzo siempre se fió del buen ojo de Pina para captar futbolistas. Y más desde que presentó en sociedad en Udine a Alexis Sánchez (actual jugador del Barça que pagó 36 millones a la familia Pozzo) y otros dos chilenos, Mauricio Isla y Fabián Orellana.

La sociedad amplió sus horizontes en Granada, después de que la familia de Lorenzo Sanz abandonase el club (su hijo Paco era el presidente). Pozzo y Pina aplicaron la misma fórmula de Murcia: trasvases del Udinese al Granada para generar plusvalías. El éxito fue instantáneo. Cogieron el club en 2009 y sellaron dos ascensos consecutivos: de Segunda B a Segunda y de ahí a Primera el pasado 19 de junio, 35 años después de su último ascenso.

El Udinese navega en globo. Es el líder de la liga italiana, empatado a doce puntos con el Juventus. Y tiene dos jugadores sobresalientes, el portero esloveno Handanovic, quien detuvo seis penaltis el año pasado, y el delantero Di Natale, máximo goleador hace dos años en Italia. Nunca ha jugado contra el Atlético y se muestra en la pasarela como un adversario de talla.

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