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El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ha afirmado este jueves que la participación de Grecia en el euro no puede depender de un referéndum. "La posición de Grecia en la eurozona es una conquista histórica del país que no puede ser puesta en duda. Este logro del pueblo griego no puede depender de un referéndum", ha señalado a través de un comunicado. La de Venizelos es la última voz que se alza contra la decisión del primer ministro desde sus propias filas. Ya se había mostrado en contra el ministro de Sanidad y se han producido significativas disensiones dentro del PASOK, hasta el punto de que no está claro si Papandreu podrá superar la cuestión de confianza.
El destino de Grecia, y por extensión el de toda la zona euro, comienza a decidirse en apenas unas horas. Al margen de lo que ocurra hoy en el G-20, mañana por la noche el Parlamento heleno debe decidir si respalda la moción de confianza al Gobierno que el primer ministro heleno, Yorgos Papandreu, anunció el pasado lunes.
Si Papandreu no consigue al menos el voto de 152 diputados, el presidente de la República, Carolos Papulias, aceptaría su renuncia al día siguiente y solicitaría al partido mayoritario (es decir, a los socialistas del Pasok) crear un nuevo gobierno, con la participación de otros partidos. Si no hay acuerdo, la segunda formación mayoritaria, la conservadora Nueva Democracia, deberá intentar formar gobierno. Si fracasa, aún habrá otra tentativa con la tercera fuerza parlamentaria, los comunistas del KKE. Este proceso solo puede demorarse un plazo máximo de nueve días laborables.
Posible escenario electoral
El escenario más probable es que no hubiera acuerdo y se convocaran elecciones generales. El mes de barbecho electoral supondría una parálisis legislativa que echaría por tierra todas las reformas exigidas por Bruselas. Con ello, quedaría definitivamente suspendida la entrega de la sexta parte del rescate (8.000 millones), y la séptima (otros 5.000 millones), prevista para diciembre.
En principio, los sondeos dan como principal favorita a Nueva Democracia, liderada por Andonios Samaras. Pero parece poco probable que consiga la mayoría absoluta, con lo que debería consensuar un complejo gobierno de coalición. Como líder de la oposición, Samaras se ha declarado a favor de permanecer en Europa a toda costa, pero también ha reiterado en distintas ocasiones su intención de «renegociar» el rescate para salir de la recesión y poder conseguir el superávit primario lo antes posible, aunque no es precisamente tiempo lo que le sobra a Grecia para eludir la quiebra.
El gran problema de Samaras sería encontrar socios de gobierno. Ningún partido de izquierdas aceptaría participar en un gobierno con los conservadores. La única alternativa sería la formación nacionalista y de extrema derecha LAOS (Partido Popular Ortodoxo). Pero la postura de su líder, Yorgos Karatsaferis, basado en anuncios populistas, es tan confusa que cualquier colaboración con él se antoja difícil. Su partido es contrario a la entrada de Turquía en la Unión Europea y muy duro también en temas de inmigración.








