Más concurrida que ningún domingo, la plaza de los Sagrados Corazones de Madrid, sita junto al Santiago Bernabéu, bullía esta mañana de actividad. Los feligreses de la zona, fieles a su cita dominical, se mezclaban con los nuevos visitantes. Dos pasiones diferentes y complementarias en muchos casos, como en el de Manuel, que tras salir de misa se dispone a ir al Bernabéu.
A unos metros de allí, la actividad bulle en los bares. Es la misma de otros días, pero con diferente objetivo, lo que se deja notar en algunos establecimientos como los de comida rápida o bocadillos. Pedro, camarero en uno de ellos, reconoce que hay la misma gente que a media tarde, pero que compran menos. "Muchos cafés y bollería y pocos bocadillos", asegura. Eso, en su bar, es un problema, ya que el mayor ingreso, normalmente, viene de la cerveza y la comida.
En la calle Concha Espina, lugar de estacionamiento habitual de los autobuses de las peñas, luce menos congestionada que nunca. En el club reconocían que la petición de entradas por parte de las peñas había sido menor, y es que, como asegura un peñista veterano, para las peñas de lejos de Madrid es muy complicado acudir a un encuentro con este horario. Salir de Albacete o Salamanca implica levantarse a las ocho de la mañana, pero hacerlo desde La Coruña o Cádiz es un madrugón casi de medianoche.
