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A los treinta años se le acumulan los récords. Hitos que le marcan los goles de emoción que los delanteros no consiguen hacerle en el césped. Íker Casillas (Móstoles, 20-5-1981) disfruta ahora del premio a veintiún años de trabajo, desde que comenzó a jugar en los benjamines del Real Madrid allá por 1990. Seis años más tarde, en marzo de 1996, Teodoro Nieto le hizo debutar en la selección sub 15. En Wembley. Venció 2-3. Encajó un gol. Quince años después, en el mismo estadio, ha igualado la cifra de 126 partidos internacionales de Zubizarreta, 126. No recibió ningún gol. Se quedó con el sabor agridulce del tanto sufrido por Reina, que le sustituyó. Supuso la derrota por 1-0. «Ha sido una pena no celebrarlo con victoria». Íker sumó, sin embargo, su encuentro número 71 imbatido con España. Le falta uno para empatar la marca mundial del holandés Van der Sar.
Anoche no tuvo trabajo en este Wembley emblemático. Tal fue el dominio de España que estuvo de guantes cruzados. Le habría gustado ganar en esta fecha histórica del fútbol español, 12 de noviembre de 2011. El problema es que nuestra selección no juega con la misma intensidad cuando disputa un amistoso. No saca ese instinto letal que enseña en las grandes competiciones.
El mejor portero del siglo
A dos triunfos de empatar también las 94 victorias de Thuram con Francia, el madridista fue designado como el mejor portero del mundo en 2008, 2009 y 2010, año en el que recibió el Guante de Oro como mejor guardameta del Mundial. La Federación Internacional de Fútbol y Estadística le ha elegido el mejor «goalkeeper» del siglo XXI.
Camacho le hizo debutar en la selección absoluta el 3 de junio de 2000, en Gotemburgo. En el día de sus 126 internacionalidades dio las «gracias a mis compañeros de ahora y del pasado por haberme ayudado». Inolvidable su relación con Xavi, con quien jugó desde los 16 años. «Cuando todo está perdido, él aparece». San Íker.






