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Rudy Fernández vive feliz en Madrid. Su regreso a España le ha sentado de maravilla y ha vuelto a disfrutar con el baloncesto. Poco o nada queda de ese chico tímido y apocado que vivía en Portland y que salía asustado a la cancha por culpa de la rigidez de un técnico —Nate McMillan— obsesionado con la defensa. Primero la selección y luego Pablo Laso, han obrado el milagro. Le han devuelto la sonrisa y eso se refleja en la pista, como ocurrió ayer ante el Unicaja en Málaga, donde el escolta balear volvió a ser el mejor jugador del Real Madrid sobre la cancha.
El equipo de Pablo Laso se llevó la victoria de uno de los pabellones más difíciles de la Liga Endesa. De hecho, nadie había ganado allí en la ACB desde que Chus Mateo cogiera las riendas del equipo, a mediados de la pasada temporada. El Real Madrid lo consiguió a ritmo de triples, con un vendaval atacante que desarboló la buena defensa malacitana y en el que Jaycee Carroll volvió lucirse junto a Rudy.
El triunfo llegó un día antes de que se decida el futuro de la NBA en Nueva York. Allí, los jugadores votarán hoy —a partir de las tres de la tarde— si dicen sí a la oferta que los propietarios les han trasladado para tratar de solucionar el cierre patronal que mantiene parada la liga. Una reunión a la que no acudirá Rudy Fernández, pero donde estará concentrada buena parte de su atención. Una respuesta afirmativa de los 30 representantes sindicales de las franquicias obligaría al balear a regresar a Estados Unidos para enrolarse en los Mavericks, los actuales campeones.
Aunque hasta que no se firmara el acuerdo (podrían pasar varios días) no quedaría desvinculado del Real Madrid, lo lógico es que dejara automáticamente de jugar para evitar lesiones —él y el resto de jugadores que se encuentran jugando fuera—. El siguiente paso sería viajar a Estados Unidos para comenzar los entrenamientos.
Un rol principal
En principio, el jugador no forzará para quedarse en España. Irá a Dallas y esperará a ver qué planes tiene Rick Carlisle, el técnico del equipo, para él. Si escucha buenas palabras, se quedará; si vuelve a vislumbrar falsas promesas, el Real Madrid está dispuesto a hacer un esfuerzo por él.
Antes de que se abra el mercado de fichajes, Rudy aparece como único alero puro de los Mavericks, aunque todo hace indicar que DeShawn Stevenson renovará tras el cierre patronal. Una presencia que no debería inquietar a Rudy, que mientras dure ese rol principal seguirá luciendo la misma sonrisa que le ha llevado a disfrutar en el Real Madrid. Esa es la consigna. Ser feliz y disfrutar con el baloncesto, como lo ha hecho aquí.






