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Argentina la conocía como “Doña Tota”, la madre de Maradona, pero su nombre oficial era Dalma Salvadora Franco. Murió el sábado a los 82 años en el Sanatorio Los Arcos, el mismo que se ocupó de la salud de su hijo cuando el Pelusa estaba más cerca de la cocaína que del balón. La noticia saltó a la portada de los periódicos en la web mientras las redes sociales se organizan en una cadena de “Fuerza” y aliento para el ex seleccionador de Argentina.
Diego Armando emprendió el regreso a su país desde Dubai, donde el equipo que dirige, Al Wasi, acababa de sufrir una derrota contra Al Ain (1-0). Su madre, símbolo de abnegación y entrega a sus ocho hijos, ingresó el viernes pasado en la Clínica del céntrico barrio de Palermo, donde fue derivada a la Unidad de Cuidado Intensivos. Según el parte médico sufría un cuadro de insuficiencia renal aguda, inestabilidad hemodinámica y “deterioro del estado general”. Dificultades de respiración y el progresivo empeoramiento de su estado derivaron en un paro cardiaco. la reanimación fue imposible.
Tras 24 horas de vuelo Maradona llegó anoche —de madrugada en España— a Buenos Aires. El ex seleccionador argentino, procedente de Emiratos Arabes Unidos, pasó unos minutos por su casa y después se dirigió al velatorio de su madre donde permanece. La familia ha pedido que se respete su intimidad y se eviten tumultos.
Maradona adoraba a su madre. Su primera hija, Dalma, se llama así por ella. En una entrevista con el fallecido periodista argentino Jorge Guinzburg, "el Diego" recordaba sus años de miserias en la barriada de Villa Fiorito: “Cada vez que llegaba la comida mi vieja no comía y nos decía que le dolía el estómago, pero era mentira. Lo decía porque la comida no era suficiente. Por eso, yo estoy orgulloso y amo a mi vieja”.
“Doña Tota”, “la madre de dios” como repiten los maradonianos, en el mes de julio tuvo que ser ingresada con un cuadro similar al del viernes. Entonces, Maradona suplicó: “Mi vieja está muy mal, sólo le pido a Dios que no me la lleve. Por favor, que no me la lleve porque sería terrible para mí. Que nos dé otra oportunidad de poder verla en casa, comer con ella, tomar mate con ella, darle un beso. Ojalá que los médicos hagan un milagro, se los pido de corazón”.
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