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Sahin salió al césped y pidió el balón. Callejón sacó el estilete que lleva en la cabeza. Mesut Ozil tuvo la pelota siempre que quiso. Benzema dejó huella de ese talento que hace fácil lo difícil. Higuaín buscó el gol con adorno. Altintop fabricó buenos centros desde la derecha. Granero tocó con la precisión técnica de siempre. Varane dio el pase magistral del 5-0. Adán estuvo sobrio. El debate de la afición del Bernabéu era que el segundo cuerpo de guardia del Real Madrid sería tercero en la Liga española. Sacó Mourinho al equipo suplente y consiguió una goleada pincelada con un fútbol de alcurnia que encantó a los seguidores. Sahin debutó como titular y su ansia de tomar el mando gustó a su entrenador. Callejón marcó los dos primeros tantos de su vida en Liga de Campeones. Pero el fútbol fue brillante porque Ozil, ese hombre que es un Guadiana entre el once titular y el banquillo, quiso demostrar que debe ser un baluarte indiscutible en la cabeza de su entrenador.
El «taco» de rabia de Mesut
El alemán atacó el partido como si fuera la final de la copa de Europa. Dio el 1-0, anotado por Benzema con ese toque perfecto de un jugador alcanzado por la magia. Y rubricó el cuarto, con una celebración cantada con un «taco» muy español que a Mesut le salió del alma. Iba dirigido para quienes pusieron en duda su rendimiento en los últimos dos meses. Les ha contestado con tres encuentros de una calidad que enamora.
Era una noche para enseñar esa clase individual y muchos le mostraron con descaro. Higuaín culminó una jugada personal con una diana preciosa. Y dio el 6-0 a su eterno rival por el puesto, Karim, que ofreció una baraja de sus especialidades creativas. Son adversarios por ocupar el «nueve», pero pueden actuar juntos y se entienden de maravilla.
Mourinho sacó a Xabi Alonso durante medio encuentro porque quería probar su entendimiento con Sahin para formar un doble pivote.
El 6-2 definitivo consolidó el liderato del Real Madrid en su grupo. Cinco victorias. Dieciséis goles a favor. Dos en contra. El ejército en la reserva demostró estar preparado para ganar cualquier guerra. Y Ozil dijo en el campo que nunca debe estar en la reserva.
