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El Barcelonacamina hacia lo desconocido, contrariado en un domingo raro porque la tabla no le da la razón, lejos del enemigo íntimo ahora que el clásico está a la vuelta de la esquina y amenaza con una tremenda sobredosis informativa. Trece partidos después, el campeón está a seis puntos del Real Madrid, aspirante convencido que propone un nuevo orden después de tres años de rotundo dominio azulgrana, y se destapa el entorno más pesimista. El socio del Barça, pese a los doce títulos de la era Guardiola, es así de voluble y pasó un mal día después del tortazo en Getafe, preocupado y escéptico pese a que cuatro días antes maravilló en Milán.
El «confiad en nosotros» de Gerard Piqué, voz autorizada para levantar el ánimo por la zona mixta del Coliseo, lo comparte un vestuario que acepta el reto. Nunca había estado tan lejos del Real Madrid desde que manda Guardiola y nunca había sumado tan pocos puntos a estas alturas. Lleva 28 (32 en 2008-09, 33 en 2009-10 y 34 en 2010-11) y transmite menos sensaciones a domicilio, pues ha perdido un partido y ha empatado tres, descentrado con tanto cambio de nombre y de dibujo. «Queda mucha Liga. Nos levantaremos», insiste Guardiola.
El Barcelona encuentra en el estirón del Madrid un aliciente y expone su amor propio ahora que se le cuestionan conceptos y detalles. Ya no hay margen de error, o al menos hay muy poco en esta Liga bipolar en donde el fallo penaliza más que nunca, pero el equipo se conjura para enderezar el rumbo cuanto antes. «Aún queda muchísimo, mientras no se entregue la Copa al campeón hay vida. Muchísimos se la entregarían ya, están tirando los cohetes, pero el reto es apasionante y eso nos fascina. No se entrega ninguna copa en estos momentos, felizmente para nosotros queda mucho todavía y una de las claves de este equipo es que no baja los brazos jamás», recuerda Dani Alves, orador reclamado para días como el de ayer. «Psicológicamente nos van a intentar poner más bajos que el suelo, pero somos muy fuertes y tenemos la espalda muy ancha. Tenemos un escudo supergigante», sentenció. Mañana tiene cita con el Rayo, una oportunidad para desquitarse.






