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La superioridad de Red Bull ha adelantado los plazos. La mayoría de los equipos ya pugnan por construir un coche adaptado a las nuevas especificaciones de 2012. Bernie Ecclestone busca igualdad y cancelar la hegemonía insultante de Adrian Newey.
El proveedor único de neumáticos, la marca italiana Pirelli, cambiará de rumbo. Los compuestos duros desaparecen y los blandos de hoy serán los más duros del año que viene. Termina la tortura para Ferrari. Las ruedas tardaban mucho tiempo en coger temperatura y estropeaban sus primeras vueltas. Pretende la compañía de Milán que haya tres o cuatro cambios de rueda por carrera.
El difusor soplado, gran secreto del gurú Newey, será prohibido en 2012. La FIA eliminará esta pócima del ingeniero inglés de Red Bull, que ha conseguido que sus coches vuelen en las curvas sin que los pilotos pisen el acelerador gracias al gas que sale de los tubos de escape y se dirige hacia el difusor (la parte trasera de los bólidos).
Una de las pautas anti-Red Bull será la supresión de cambios del sábado al domingo en los llamados mapa motor. Desde que la electrónica impera en la F-1, el mapa motor de los coches establece determinadas configuraciones de potencia y ahorro de consumo. Según los teóricos, el dominio de Red Bull en las clasificaciones se debe a un mapa motor que permite al coche seguir expulsando gases por el escape aunque el piloto no acelere. Eso procura un mayor agarre del monoplaza al suelo, sobre todo en las curvas rápidas.
No falta quien piensa que Ferrari se ha quedado anticuado respecto a la alta definición de Red Bull y, en menor medida, McLaren. Maranello trabaja desde hace meses en el diseño del nuevo coche con el inglés Pat Fry al frente. Alonso ha sugerido una propuesta radical, agresiva y que rompa con los esquemas habituales.
A De la Rosa le ofrecieron ser director de HRT, pero a él le gusta conducir. Nueva empresa del barcelonés, que ha abandonado la comodidad de McLaren por su pasión de piloto. HRT, que cambiará de nombre hacia uno más familiar y español, pretende disputar a Alonso el cariño de la afición por un equipo español.
