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Una puerta de entrada tan poco convencional como la axila podría ser el mejor camino para extirpar la glándula tiroides sin dejar rastro de la cirugía. Un equipo de cirujanos de la Clínica de la Universidad de Navarra (CUN), con ayuda del robot Da Vinci, ha realizado con éxito las tres primeras intervenciones que utiliza este abordaje para evitar la temida cicatriz en el cuello tras las operaciones de extirpación de tiroides. Es la primera vez que este tipo de intervenciones se realizan en España.
La eliminación de la tiroides es una cirugía frecuente indicada cuando aparece un nódulo o quiste en esta glándula con forma de mariposa que se encuentra entre la tráquea y la laringe. También se aconseja cuando la glándula tiroidea está demasiado activa, se inflama (bocio) o se detecta la presencia de un tumor.
Lo habitual es extirparla a través del cuello, con una incisión que en algunas ocasiones puede alcanzar la mitad del cuello. En esta operación es vital no dañar los vasos sanguíneos ni los nervios . La nueva estrategia que ha puesto en marcha el equipo quirúrgico del área de Patología Tiroidea de la CUN apuesta por un camino más largo, pero que elimina por completo las cicatrices visibles del cuello.
Una hora más de quirófano
La técnica robótica sustituye la incisión cervical por un abordaje transaxilar (a través de la axila), mediante una incisión de unos 6 centímetros que se oculta en los pliegues de la axila. Para poder realizar este procedimiento es necesario que el equipo de cirujanos posea una amplia experiencia en cirugía de la glándula tiroides y conozca el funcionamiento del robot Da Vinci. Al tener que «viajar» desde la axila al cuello, la cirugía se prolonga durante una hora más que la operación convencional. Pero ese inconveniente se compensa con el resultado final:«Más precisión y un gran beneficio estético», explica el otorrino Juan Alcalde.
A pesar de los importantes avances de los últimos años hacia una cirugía tiroidea mínimamente invasiva, el especialista precisa que, «aunque en general el resultado estético que la cirugía convencional deja en el cuello es aceptablemente bueno, en ocasiones puede generarse una cicatriz hipertrófica o una adherencia cicatricial, con gran deterioro estético».