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Día 05/12/2011
Si existiese la posibilidad de viajar en el tiempo, Sergio García se daría el lujo de integrarse en la era dorada del golf mundial, en la época de entreguerras. «Me gustaría volver a los años de Ben Hogan, Byron Nelson, San Snead y todos esos pioneros. Sería un lujo poder jugar con ellos y comprobar lo que eran capaces de hacer con el material de que disponían, tan distinto del que ahora poseemos. En esos años convivieron algunos de los mejores jugadores de la historia».
Pero la hipotética máquina viajera no sólo sirve para situarse en un momento determinado, sino también para poder cambiar algunos golpes claves en su carrera. Por ejemplo, el que le dio la fama con 19 años, desde las raíces de un árbol en el PGA de Medinah en lucha con el mismísimo Tiger Woods. ¿Lo volvería a jugar igual hoy en día?. «Sí, por supuesto. Es como lo ves en ese momento. Hay golpes que los ves desde que llegas a la bola. No es cuestión de edad, de ser más inconsciente o más maduro. Si un golpe difícil lo ves claro, no es tan complicado». En la parte contraria se sitúa el «putt» del hoyo 18 de Carnoustie, que le costó el Open Británico de 2007. Y tampoco lo modificaría. «En ese momento intenté jugarlo de la mejor manera posible, no lo pude tirar mejor… pero no entró. La toqué de maravilla y sentí que entraba. Pero hizo corbata. Los greenes no son perfectos. Estoy orgulloso de cómo jugué el torneo, pero estaba escrito que tenía que ganar Harrington ese día».






