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Día 14/12/2011
El timplista Benito Cabrera presentó ayer en la Casa de los Sabandeños, en La Laguna (Tenerife), la iniciativa «Una canción para El Hierro», nacida de un grupo de vecinos de la isla que pensaron en la composición de un tema musical para recordar la grave situación económica que padece la isla debido a la crisis volcánica. Al proyecto se sumaron de forma inmediata Los Sabandeños, el video-realizador Rodrigo Cornejo y los estudios de grabación Multitrack. Todos ellos han participado de forma totalmente altruista y desinteresada, tal como informó el Cabildo de El Hierro en un comunicado.
La canción utiliza una tonada tradicional herreña denominada «El Santo» y transmite un mensaje positivo y emotivo que invita a visitar y a conocer la más pequeña de las Islas Canarias, «en estos momentos en los que más necesita del apoyo de todos». Junto a las voces de Los Sabandeños, han participado tres jóvenes cantantes herreñas, una por cada uno de los municipios de la isla: Angélica Casañas, Claudia Álamo y Candelaria Gorrín. A este trío de se sumó la veteranía de María Mérida (Premio Canarias de Cultura Popular), que aportó su particular y apasionada forma de cantar.
La difusión de «Una canción para El Hierro» se realizará a través de los medios de comunicación que quieran sumarse al proyecto, así como por las redes sociales.
El Hierro es la isla con el folclore «más ancestral, mineral», de Canarias, y era necesario que los músicos le devolvieran «un poquito de lo mucho» que han recibido de ella con «un tema positivo y que transmite esperanza, no llanto ni dolor», explicó Benito Cabrera. Para ello el músico le ha «dado la vuelta» a un tema popular y que todo el mundo relaciona con la isla «del árbol Garoé, del faro del fin del mundo, del bosque mágico de las sabinas». Ahora El Hierro tiene un aliciente más, dijo el autor, como es la posibilidad de ver el nacimiento de las piedras más jóvenes de España y poder disfrutar de un fenómeno «geo-histórico». Afirmó también que El Hierro es «la hermana más pequeña» del Archipiélago y a la que le ha salido «fiebre», pero la verdadera enfermedad es «la soledad».