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Raya real regresa un año más por Navidad al mercado discográfico. En esta ocasión, han dejado apartados a un lado sus clásicos villancicos para hacer un repaso de los éxitos de su carrera musical más reciente. En su nuevo trabajo rescatan canciones tan conocidas en su trayectoria como «Mala», «Dame de beber» o «Tanguillos de la abuela Juana». Son todos los que están, pero no están todos los que son. Muchos echarán en falta el popurrí de «Bamboleo» o «Échale azúcar», que tan buen resultado les ha dado tanto dentro como fuera de Andalucía. Al respecto, comentan: «Son canciones que no pueden faltar en nuestros directos pero en este disco hemos querido centrarnos en los éxitos de diez años para acá, cantados por la actual formación y que el público, que es el mejor juez, nos pedían. Para el siguiente disco tenemos pensado volver a grabar algunos temas antiguos con nuevos arreglos», aventuran.
Las leyes de la vida -familia, hijos etc- han hecho que unos vayan y otros vengan, pero la esencia rayarealista ha permanecido desde sus inicios. «¿El secreto? Llevar la espontaneidad de una charla de café al escenario», corean al unísono. Esa forma de ver la vida les ha permitido capear la crisis por la que pasan muchos artistas y que ha dado lugar a que el número de galas baje: «Afortunadamente -dicen- estamos saliendo airosos. Nuestro mánager pone todo tipo de facilidades para la contratación, ya sea en fiestas privadas, congresos o ferias. Tener un caché asequible y acorde a los tiempos también ayuda».
«Son canciones que no pueden faltar en nuestros directos»
Volviendo al disco, que lleva por título «Sabor compartío», cuentan que en él «hay alegría por encima de todo, que para llorar ya están las letras de los bancos», bromean. No sólo eso, también encierra sones de aquí y de allá, rumbas mediterráneas y ritmos latinos en «El cantante» de Rubén Blades o la adaptación que hacen de «El cuarto de Tula» de Sergio González Siaba. No falta el homenaje a Chano Lobato en «El cacharrito», canción que en su día popularizara junto a María Jiménez. En cuanto a las composiciones nuevas, Raya Real piropea a Triana y le canta a los tópicos de Andalucía «en un intento de devolverle todo el cariño que nos da día a día», afirman. Porque Raya Real siente «que forma parte de nuestra tierra, al igual que los patios de vecinos o los lebrillos de gazpacho». Esa fórmula es la que los ha convertido en excelentes embajadores de Sevilla allá donde van. Todo ello sin perder «las ganas de aprender y escuchar músicas nuevas», cuentan. Precisamente ésas que luego llevan a su terreno y las convierten en rumbas de éxito.