La mala noche de Álex Menéndez, canterano que debutaba ante su gente, catapultó al Mallorca, en octavos de final porque fue mejor en El Molinón y porque contó con un aliado inesperado, decisivo para que la eliminatoria alterara el signo de la ida. En Palma, el Sporting se llevó una alegría (0-1) que de poco sirvió ayer, deprimido y triste porque las cosas no funcionan en ningún torneo. Gijón, como Menéndez, pasa un mal rato.
Entre los bostezos, ausente la emoción en el templo asturiano porque la Copa sigue sin encontrar un gancho para darle emoción a estas rondas insulsas, el Mallorca se vio sin quererlo con vida, por delante en el marcador antes de disparar a puerta. Hubo un achuchón previo de Martí sin mayor peligro, pero Menéndez ayudó a los baleares al convertirse en goleador involuntario, muy mal despejado un centro de Bigas que no entrañaba ningún interés. El defensa gijonés equivocó la dirección, él marcaba en la otra portería. Y, salvo un magistral lanzamiento directo de Ramis que se estrelló en la cruceta, nada más se puede contar del primer tiempo. Nada es nada.
El Mallorca hizo más por acceder a octavos, dueño del balón en la mayoría de tramos del primer acto, sostenido con criterio por la veteranía de Martí y el trabajo arriba de Hemed. Se tapó bien, pero a la mínima ya estaba el Sporting a la contra, único recurso del conjunto de Manolo Preciado antes de la fatalidad con el tanto en propia puerta. Luego ya quiso algo más, el marcador angustiaba a la parroquia, pero nunca encontró el camino y fue víctima de sus propios errores.
Con todo por resolver, el Mallorca vivió plácidamente también en la reanudación sin que alteraran el paisaje los movimientos de Preciado. Entró Barral en busca del gol perdido, Eguren se retiró en camilla y se confirmó que Menéndez tenía gato porque regaló también el segundo gol mallorquín. Es verdad que primero falló Botía en un resbalón inoportuno que dio vía libre a Hemed, pero Menéndez luego despejó dentro del área pequeña hacia el centro y el balón impactó sin quererlo en Nsue. Una carambola desastrosa para los asturianos, punto y final.
Hasta el final, el Mallorca mantuvo el tipo sin apenas sufrimiento. Pasa de ronda porque Menéndez fue su mejor hombre.







