Aunque en Estados Unidos el Voyager va a seguir siendo Chrysler, en Europa ya se vende como Lancia, con todo lo que conlleva la mítica marca italiana en materia de imagen y prestigio. Las mejoras introducidas llegará por igual a los clientes americanos. El resultado es un modelo que ha vendido 13 millones de unidades entre sus ediciones precedentes a lo largo de 27 años de existencia.
Exteriormente, se le ha dotado del mismo frontal del resto de la marca, de modo que renueva parrilla, paragolpes (delanteros y traseros) y pilotos, además de reducir la altura del coche para mejorar la penetración aerodinámica, y por tanto los consumos. De igual modo, varía el diseñado del portón para mejorar el acceso al maletero.
Interiormente, hay cambios más profundos con un rediseño completo del salpicadero. Ahora, es más limpio y elegante, siguiendo la filosofía de la marca italiana, y los mandos se encuentran de forma más fácil e intuitiva. Además, mantiene el espacio interior y la configuración Stow´n Go de los asientos, que permite escamotear cualquier asiento de las filas segunda y tercera sin perder espacio interior, y utilizar esos huecos para guardar parte del equipaje y sumar capacidad de carga (maletero mínimo de hasta 3.912 litros con sólo dos asientos operativos). También se ha trabajado sobre la insonorización para mejorar la comodidad de los ocupantes, con nuevos paneles acústicos, algo que se deja notar.
Por otra parte, el nuevo Voyager recibe nueva calibración de suspensión para adaptarla a los gustos y carreteras del Viejo Continente, y aunque sigue balanceando algo más de lo deseable se nota la mejora. Ahora aporta suspensión autonivelante en el eje trasero, con amortiguadores de mayor tamaño y calidad; delante se ha modificado la geometría McPherson. Todo ello mejora el paso por curva y la linealidad, independientemente del peso que soporte.
En España se va a vender con un único motor heredado de la anterior versión, aunque revisado. Se trata del 2.8 CRD turbodiésel de cuatro cilindros e inyección directa que genera 163 CV/360 Nm, suficientes para mover el coche sin excesivas alegrías aunque con fuerza suficiente (193 km/h y 11,9 segundos desde parado y hasta 100 km/h) para rodar a velocidad legal con total comodidad. Supera la norma EuroV y exige 7,69/100 km de promedio oficial con 207 g/km a base de reducir compresión y fricciones internas. El cambio es una auto secuencial de seis velocidades, con el selector sobre la consola central y desarrollos adaptados a las carreteras europeas. Su funcionamiento es correcto.
Desde ya el nuevo Voyager está disponible en una única versión intermedia a la espera de un acabado superior y otro más asequible. Se llama Gold y aporta el citado Stow´n Go, tapizado de cuero y asientos delanteros y de segunda fila calefactados, climatizador de tres zonas, puertas laterales y portón de accionamiento eléctrico, entrada y arranque sin llave y sensores de aparcamiento traseros, muy prácticos valorando los más que considerables 5,21 metros de longitud exterior.






