Cualquier oportunidad para ver un concierto de Amaral en Sevilla es siempre un motivo de celebración. Ahí queda en la memoria el recital que ofrecieron en 2009 en el Auditorio de la Cartuja. Si el listón estuvo muy alto entonces, lo de ayer se superó con creces, sobre todo por la cercanía que supone ver a una buena banda de rock en un escenario de mediano formato tan bien acondicionado para la música como la Sala Custom.
Su carta de presentación fue su último trabajo de estudio, «Hacia lo salvaje», que si bien no es lo mejor que han hecho hasta la fecha, gana enteros cuando se defiende en directo con un público tan entregado como el sevillano, que coreó casi todas las nuevas canciones.
Sobre una decoración minimalista, con proyecciones de varios animales, salió toda la banda y comenzaron su concierto a la hora acordada, las 22 horas. Así fueron sonando los primeros acordes de «Hacia lo salvaje», tema que ha servido como primer single de su último trabajo. Eva Amaral se presentó vestida con una camisa de con transparencias y un pantalón ajustado de color negro. Tras acabar el primer tema, la cantante saludó al público diciendo que «es un placer estar aquí» y dando las gracias «por este recibimiento, que como siempre es impresionante en Sevilla».
A continuación, se fueron sucediendo clásicos como «El universo sobre mí» o «No quedan días de verano», una canción épica que es uno de los grandes himnos de Amaral. Tampoco faltaron temas de su primer disco, como «Un día más». Tampoco podía faltar «Moriría por vos», otro de los temas que más fama le han dado a este grupo.
Y como no, hubo cabida para las canciones del nuevo disco, que sonaron todas prácticamente en su integridad. Así fue el caso de «Como un martillo en la pared», que fue precedida por una frase lapidaria de Eva Amaral que viene a colación por el actual momento de crisis que estamos viviendo: «Nos va a tocar luchar para no retroceder cuando tendríamos que luchar por avanzar», reconoció.
Extraordinario fue el inicio del bajista Nacho Palomo en «Estrella de mar», otra de las canciones míticas de un grupo que logró con este disco del año 2002 su consagración definitiva.
Pero si hay que reseñar algo de la Sala Custom es el grandioso equipo de sonido que presenta. Pocas veces se había escuchado en Sevilla un concierto con tanta claridad de matices, desde la voz privilegiada de Eva Amaral, a los riff de las guitarras de Juan Aguirre , pasando por los golpes en la batería que preludiaban el inicio de otra de las nuevas canciones, «Las puertas del infierno». Después de sonar, «Robin Hood» (en donde Eva contó la anécdota de que el miércoles por la noche vio en su hotel la película de Burt Lancaster «El halcón y la flecha», confundiéndolo con Robin Hood por ir vestido con leotardos), interpretaron otros de sus grandes clásicos, «Cómo hablar». Este cronista que escribe no pudo olvidar la excelente versión de este tema en la que participaba el añorado Antonio Vega.
Posteriormente, Eva Amaral dedicó «Olvido» a la memoria de su madre, «porque la memoria es lo único que no puedo y no quiero olvidar».
La anécdota de la noche sucedió cuando la cantante pidió que se encendieran las luces de la sala para desalojar a una persona que le había dado un mareo.
En el primer bis sonaron «Sin ti no soy nada» y «Revolución». A las 12 se volvieron a despedir y, tras dar las gracias, interpretaron «Cuando suba la marea». A excepción del que pueda ir hoy al segundo concierto de la Sala Custom, quedará otra nueva oportunidad para verlos en directo. Será en mayo en el Festival Territorios.
