Para el equipo de gobierno, el de ayer fue un auténtico Viernes de Dolores. El Pleno aprobó, sólo con los votos del PP, el plan de ajuste al que debe someterse el Ayuntamiento para acceder al crédito estatal de 25 millones de euros que le permita solventar su deuda a proveedores. La sesión, de cuatro horas, fue un auténtico caos por las protestas, gritos e insultos de más de medio centenar de personas que obligaron a suspender tres veces el debate.
Nieto aseguró que «no sabemos si la actitud que hemos visto tenía su origen en el plan de ajuste o en el pasado domingo—elecciones autonómicas— o en el fracaso de la jornada de huelga. Ha sido un recorte profundo y brutal a la democracia en la casa de la soberanía. Hoy—por ayer— la representación más pura de la izquierda antisistema unida a esa nueva fórmula política que se autodenomina izquierda en Andalucía ha transmitido la peor imagen posible». De esta forma definió el alcalde, al finalizar la sesión, una jornada en la que de lo que menos se habló fue del plan de ajuste.
Nieto señaló que «ojalá no tuviéramos que habernos acogido a este plan, pero les aseguro que ninguno de los motivos que nos han llevado a ello ha venido por nuestra gestión en estos nueve meses». Con este plan, el alcalde recalcó que «queda asegurado plena garantía de estabilidad en el funcionamiento económico del Ayuntamiento de Córdoba», recalcando que su objetivo es un diálogo permanente para que no se pongan en peligro ningún puesto de trabajo.
Insultos hasta para Gómez
Lo que pasó antes de estas declaraciones de Nieto fueron más de cuatro horas de gritos, insultos, abucheos y un constante boicot de las intervenciones de los concejales del PP. El edil de Hacienda, José María Bellido, trató de explicar hasta en seis ocasiones que el plan de ajuste estaba abierto a la negociación, que era un mal necesario o que partía de una situación imposible de sostener por la herencia de deudas del anterior gobierno local. No hubo manera.
«Bellido date por vencido» o «nos hace falta ya otra huelga general» gritaban los manifestantes cada vez que el responsable de Hacienda trataba de explicar el ajuste. Sí hubo máximo respeto para las intervenciones de Emilio Aumente (PSOE), Francisco Tejada (IU) o Juan Miguel Alburquerque (UCOR), no así para Rafael Gómez que se encaró con los manifestantes diciéndoles que «no eran nadie» ante los gritos de «paga la multa de 24 millones» o «yo no estoy imputado» con los que le respondieron.
Por parte del PSOE, Emilio Aumente señaló que «este plan no es otra cosa que un ERE encubierto en empresas municipales u organismos como la Gerencia de Urbanismo a la que están llevando a una situación intolerable. Resulta muy curioso que hayamos tenido conocimiento de este plan justo después de las elecciones Autonómicas», indicó el concejal socialista, que recalcó «este plan es un negocio para la banca que es la que se lleva los intereses».
Tejada fue más allá y señaló que «lo de plan de ajuste es un eufemismo. Esto es el instrumento del PP para acabar con los servicios públicos. Nos hablan de una bajada de impuestos que, curiosamente, coincidirá con el año electoral de 2015. Este plan es el negocio para las empresas amigas que entrarán en lo público y contempla un recorte brutal de empleo».
En este punto, el portavoz de IU paró su intervención y señaló que el alcalde había interrumpido su discurso llamándole «payaso». Nieto, en rueda de prensa, desmintió al edil de IU y señaló que lo que le había dicho era «qué atraso», añadiendo que las palabras de Tejada eran propias «de la Rusia bolchevique».
Escuela infantil
Sin duda uno de los temas más polémicos del Pleno de ayer fue el anuncio de un cambio de gestión en la escuela infantil municipal. Los gritos e insultos por este tema fueron constantes, sin importar de lo que se estaba hablando—o tratando de hacerlo—en el salón de plenos.
Varios padres de alumnos acusaron, insultaron y pidieron la dimisión de la responsable de Educación e Infancia, María Jesús Botella, que, según sus palabras, «nos reunió la semana pasada para decirnos que la escuela no se tocaba y para que le firmásemos la continuidad de los niños el año próximo». Tanto IU como el PSOE criticaron las formas, aunque aseguraron entender la protesta porque «no se puede engañar a los ciudadanos».
Nieto se refirió a este asunto como uno de los «privilegios» que eliminará el plan. «No se puede mantener una escuela con un coste de 1.000 euros al mes por niño. Si la Junta la quiere, yo se la regalo», afirmó.