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Tito Vilanova, mucho más simple y despreocupado que los estadistas, es uno de los elegidos, confirmado hace una semana en Sevilla como uno de los entrenadores con mejores números en un inicio de temporada. Está el Barcelona con seis triunfos en seis encuentros, un inmaculado 18 de 18, y Vilanova asume el desafío que le plantea el clásico. En el caso de que el Barcelona supere al Real Madrid (19.50 horas), firmará un arranque nunca visto. Jamás se han enlazado siete de siete en las primeras jornadas.
Es un reto exigente porque para conseguirlo hay que vencer al Real Madrid, eterno enemigo y que llega muy necesitado. Le condenan las urgencias de los puntos ya que está a ocho, demasiada distancia para haber recorrido tan poco, pero el conjunto de Mourinho ya sabe lo que es ganar en el Camp Nou. Vilanova está avisado.
Es el primer clásico liguero para el técnico azulgrana, que sin embargo ya se estrenó en la Supercopa de España. Fue en agosto, con la casa a medio hacer, pero esa ida en el Camp Nou fue, según Vilanova, el mejor encuentro de lo que va de temporada. Ganó el Barcelona (3-2), pero dejó vivo al Real Madrid con aquel estrepitoso error de Víctor Valdés. En el Bernabéu, el Madrid se proclamó campeón (2-1).
Desde entonces, Vilanova busca que su equipo sea lo más parecido al de aquella noche estival. Estaban en pretemporada, pero sus chicos brindaron un notable encuentro, animados por la rivalidad que también vivirán este domingo. El enfrentamiento, caldeado por las reivindicaciones nacionalistas que se cuelan por donde no toca, tiene de todo para volver a ser un partidazo.
Sin embargo, el desafío de Vilanova es mayor porque su equipo tiene un agujero evidente en la defensa. Finalmente, Gerard Piqué no ha entrado en la convocatoria porque su pie le ha dicho que no, que no llega a tiempo, y el entrenador busca remedios caseros. Tampoco está Carles Puyol, cuyo regreso en Lisboa fue traumático ya que se luxó el codo izquierdo y tiene para dos meses más de baja. "Cualquier equipo notaría las bajas de estos jugadores". Un problemón para Vilanova.
Es el mismo de las últimas semanas, pero es que ahora viene el Madrid. El Barcelona ha tenido que reconvertir a Alex Song, un fichaje extraño de un pivote que nunca ha actuado como tal por las exigencias del guión. De momento, el experimento no acaba de salir del todo bien, pero Vilanova pide calma: "A Song, faltar le falta tiempo, en cierta manera. Mascherano llevaba muchos meses entrenando con nosotros cuando le pusimos de central. Song ha tenido que jugar más partidos en una posición diferente, ha tenido que hacer un curso intensivo y muy rápido. Lo ha tenido que hacer antes de tiempo".
El cuerpo técnico está satisfecho con el rendimiento del africano, que se intuye que será titular precisamente junto a Mascherano. Alves tiene asegurado el lateral derecho y está por ver si es Adriano o Alba el que actúe por el flanco izquierdo. Uno protege la cueva, el otro ataca la del rival.
El otro dilema que tiene Vilanova está en el centro del campo ya que Iniesta está recuperado y, por poco que esté bien, el manchego es una garantía siempre. Sin embargo, para que él entre debe salir alguien y las previas apuntan a Cesc. Fábregas está al alza, con tres goles en dos partidos, pero parece poco probable que Vilanova renuncie a su idea natural de jugar con extremos bien abiertos como siempre ha hecho. A Messi le acompañan cada tarde Pedro y Alexis.
Vilanova ya está en el mismo escalón que James Bellamy (1929-30), Johan Cruyff (1990-91), Louis Van Gaal (1997-98) y Pep Guardiola (2009-10), todos ellos con seis de seis en los inicios de esas temporadas. Ahora se puede quedar solo. Acepta el desafío.