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Borja Roca de Togores, presidente de la CR del Valle Inferior del Guadalquivir / Agrónoma
Entrevista al presidente de la Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir

Borja Roca de Togores: «Aspiramos a que el coste energético para nuestros regantes sea cero»

Esta comunidad recorre una superficie de casi 19.000 hectáreas de cultivos, que abarca hasta a diez municipios de la provincia de Sevilla y acoge a unos 2.000 regantes

23 agosto 2022, 06:01

La Comunidad de Regantes del Valle Inferior del Guadalquivir constituye un ejemplo de uso responsable de un recurso tan escaso como el agua, con una infraestructura adaptada a una agricultura sostenible y competitiva. Su historia centenaria (hunde sus orígenes en un Real Decreto de 1908) no le ha impedido ser una de las comunidades de regantes más modernas, marcando en muchas ocasiones el ritmo del pulso al sector.

Así, el primer gran hito llegó en 2009, al inaugurar el mayor proyecto de modernización del regadío español. A éste le siguió la instalación de la mayor planta fotovoltaica de autoconsumo agrícola, en 2019. Ahora, la próxima meta de la Comunidad de Regantes es avanzar en transformación digital, pero «sin olvidar la gestión del día a día y el servicio a nuestros comuneros», subraya el presidente, Borja Roca de Togores.

—La actual campaña de riego es una de las más complejas que se recuerda. ¿Cómo la está afrontando la Comunidad de Regantes?
—Estamos ante una campaña muy complicada, con unas restricciones del 70%. Venimos además de tres años secos y también con restricciones. Por fortuna, esta delicada situación hidrológica nos ha llegado con los deberes hechos, gracias a las obras de modernización. Hoy disponemos de una red cerrada de riego en la que las pérdidas son mínimas, así como nueve balsas de regulación que nos permiten un mayor margen de maniobra para gestionar los recursos, tanto los provenientes de escorrentías como de los desembalses. Además, podemos medir el consumo de cada agricultor en su parcela, en tiempo real. En resumen, tenemos una red más eficiente, mayor capacidad de acumulación, más información y más posibilidad de control para un aprovechamiento eficaz de los recursos.

—¿La sequía y las altas temperaturas están cambiando el mapa de los cultivos agrícolas en la Comunidad?
—En nuestra zona regable, donde el 40% de los cultivos son herbáceos, en los años con restricciones siempre se produce un incremento de los cultivos menos demandantes de agua, como trigo o girasol, además de las parcelas que se dejan en barbecho. Contrariamente, cultivos como el maíz y el tomate, más demandantes de agua, disminuyen bastante. Y esto ayuda a un mejor aprovechamiento del recurso disponible. Luego, los cultivos permanentes ya suponen más de la mitad de la superficie regada, con un afianzamiento del protagonismo de los cítricos y frutales.

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Cítricos / Junta de Andalucía

Nuevo mandato

—En febrero fue reelegido presidente, siendo uno de los más jóvenes al frente de una comunidad de regantes. ¿Cuáles son las prioridades para el nuevo mandato?
—Desde que accedí a la Presidencia en 2015, mi gran reto ha sido consolidar y sacar partido a esa gran transformación de las infraestructuras de riego que finalizamos en 2011. Asimismo, en estos años, hemos sido capaces de transformar nuestro modelo energético, promoviendo y poniendo en funcionamiento una gran planta solar. Nuestra próxima meta será avanzar en la transformación digital. Pero, por encima de todo, a lo que aspiro es a una buena gestión del día a día. Los grandes proyectos nos hacen avanzar, pero nunca podemos olvidarnos del objetivo fundamental de que nuestros comuneros reciban el mejor servicio, con una gestión eficiente de las infraestructuras y al menor coste posible para ellos.

Por otra parte, yo soy el presidente, pero a mi lado tengo a una junta de gobierno experimentada y gran conocedora de las necesidades de nuestro sector (Sindicato de Riegos, como nosotros lo denominamos), un comité ejecutivo, un equipo técnico y todo el personal de la comunidad, que son los verdaderos artífices no sólo de los grandes proyectos que hemos acometido, sino de la gestión diaria de las infraestructuras para abastecer la demanda de riego de nuestras 18.945 hectáreas de cultivos.

—Para reducir costes energéticos y ser más sostenibles, la comunidad ha sido pionera en apostar por las energías limpias con una planta fotovoltaica…
—Así es. Desde finales de 2019 contamos con una planta solar conectada a la red en funcionamiento con una capacidad de producción prácticamente equivalente a nuestro consumo. Más del 70% de la energía que hemos consumido en estos primeros meses de 2022 procedía de nuestra planta fotovoltaica, lo que nos ha proporcionado un importante grado de independencia del mercado eléctrico. Ha supuesto, además, mejorar las condiciones de servicio de la red de riego, pudiendo mantener presiones altas durante las 24 horas del día, situación que sin la planta hubiera sido insostenible con los elevados precios de la energía. La energía excedentaria que no consumimos la vendemos al mercado y con esos ingresos estamos amortizando anticipadamente la inversión. Nuestra aspiración es que el coste energético para nuestros regantes sea cero.

—¿El siguiente gran proyecto, entonces, tendrá que ver con la digitalización de los sistemas de riego?
—Bueno, hace 13 años, con la puesta en servicio de las obras de modernización de nuestra red de riego, comenzó nuestra digitalización. Pasamos de las compuertas manuales y las chapas en las regueras, a tener todo el sistema completamente monitorizado, niveles de balsas, caudales, potencias… Esto nos ha posibilitado además de mejorar la gestión del riego, acumular una información valiosísima, es lo que nosotros llamamos nuestro patrimonio digital, es decir, toda la información que a lo largo de estos años se ha acumulado en nuestros servidores y que ahora estamos analizando para mejorar aún más. Pero sí, la aplicación de la inteligencia de datos a los sistemas de riego es uno de los grandes desafíos del regadío, y queremos trabajar en esa dirección.

—¿Cuáles serán los primeros pasos en este sentido?
—Nuestra intención es la de incrementar nuestra capacidad de monitorizar nuestras infraestructuras, con el interés de mejorar la gestión, explotación y mantenimiento de las mismas y nuestra misión es la innovación continua. De ahí que nuestro proyecto más inminente es la renovación de nuestro sistema de telecontrol, adaptándolo a las últimas tecnologías. Cuando se instaló era el más avanzado, pero en la actualidad ya existen otras nuevas que con menor esfuerzo reportan mejor comportamiento. Es importante mejorar la información hacia el regante.

Riego por goteo / C.R. Valle Inferior del Guadalquivir

—La digitalización es una nueva línea para ahorrar agua, ¿no?
—Los regantes llevamos haciendo desde hace años un gran esfuerzo en modernización para ahorrar agua. Los sistemas de riego más eficientes, y especialmente el goteo, representan en Andalucía alrededor del 80% de la superficie regable. Y estamos empeñados en seguir mejorando a través de la digitalización y automatización, que nos brindará oportunidades de ahorro y eficiencia adicionales. Sin embargo, todo ello no servirá para conjugar el déficit hídrico que tiene la Cuenca y que exige aumentar la capacidad de regulación a través de un plan de infraestructuras, tanto de presas como de balsas que son cruciales para aprovechar las escorrentías invernales.

Exención del canon

—¿Los regantes están satisfechos con las ayudas habilitadas por la sequía?
—En los años 2006, 2007, 2008, con dotaciones similares a las de la pasada campaña, el Gobierno concedió la exención total de los cánones y tarifas a los regantes afectados por las restricciones. En esta ocasión ha sido una exención parcial y, lógicamente, a los regantes nos hubiera gustado que hubiera sido completa, porque además veníamos de dos años anteriores también con importantes restricciones. En esta campaña se sumaba además la situación del mercado energético, con una escalada de los precios de la electricidad que ha colocado en una situación muy comprometida a muchas comunidades, sin que se hayan arbitrado medidas de alivio para el regadío, como el IVA reducido que sí soportan los suministros eléctricos, o el cambio de potencia.

—Además de la sequía, otro de los males de la Comunidad es el daño que provocan las especies invasoras. ¿La situación está controlada?
—Fue el intruso inesperado que nos llegó con la modernización. Hemos aprendido a mantenerlo a raya, pero aún provocan dificultad en los riegos además de deteriorar nuestras infraestructuras. Esta campaña y la pasada hemos percibido un menor nivel de afectación, posiblemente porque los embalses han bajado muchísimo sus niveles y muchos individuos han muerto al dejar de estar sumergidos.

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