Embalse de Puente Nuevo (Córdoba).)
Embalse de Puente Nuevo / Valerio Merino
Nuevos embalses de regulación

El Gobierno recorta 150 millones para presas ya aprobadas

La próxima planificación hidrológica, actualmente en consulta pública, elimina obras pendientes de ejecutar

4 abril 2020, 07:00

La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Feragua, denuncia la intención del Ministerio de Transición Ecológica de retirar de la próxima planificación hidrológica, en periodo de consulta pública, las obras de regulación (presas y embalses) que estaban aprobadas en el último Plan Hidrológico del Guadalquivir 2015-2021, y que hasta ahora no se han ejecutado.

Salvo la obra del Recrecimiento del Agrio, en Sevilla, con una inversión prevista de 50 millones de euros, que se mantiene en el Esquema Provisional de Temas Importantes –documento previo al futuro Plan Hidrológico del Guadalquivir-, el resto de infraestructuras hidráulicas han sido eliminadas de un plumazo.

Así, las presas de Cerrada de la Puerta en Jaén, San Calixto en Córdoba, Castillo de Montizón, en Ciudad Real y Velillos, en Granada, ya aprobadas por planes anteriores pero pendientes de ejecución, «ahora simplemente dejan de aparecer en la nueva planificación hidrológica».

Las obras eliminadas suman una inversión total de 150 millones, que ya se habían escamoteado al regadío por la vía de los hechos y ahora se escamotean también en la planificación. «Aún no hemos salido del estupor, pues en lugar de garantizar fechas concretas para la ejecución de obras comprometidas hace seis años e imprescindibles para Andalucía, lo que se propone el Gobierno es eliminarlas de los papeles», explica el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, que tampoco da crédito a la explicación recibida por los responsables del Agua del Ministerio.

En este sentido aclara que «nos han dicho que los dos últimos planes estuvieron orientados a la satisfacción de la demanda de agua y que este tiene que centrarse por exigencias de Europa a los objetivos ambientales, pero esa explicación tendría sentido si las inversiones para satisfacer la demanda de agua se hubieran ejecutado, a no ser que esto vaya solo de rellenar folios, sin intención alguna de llevar las obras a la realidad», lamenta.

El presidente de los regantes andaluces considera «un fraude y una verdadera estafa al regadío» que se retiren de la planificación unas inversiones que conciernen «a más de 450.000 hectáreas del regadío andaluz, que los regantes llevan demandando y esperando más de una década y que estábamos convencidos de que se acabarían haciendo, aunque fuera con retraso, al estar recogidas en documentos oficiales del Estado».

Servicio esencial

«La decepción es mayúscula», incide José Manuel Cepeda, que subraya la paradoja de que se les considere un servicio esencial, mientras no se disponen las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad de un recurso que es esencial para ellos: el agua. A este respecto añade que «la presente crisis sanitaria provocada por el coronavirus ha dejado claro cuáles son los servicios esenciales para la población y el regadío lo es, porque del regadío depende hasta el 60% de la producción agrícola nacional, y sin ella no sería posible la garantía alimentaria en nuestro país», afirma.

«Sin nuestra agricultura de riego, en una situación como la que estamos viviendo, iríamos al supermercado y no encontraríamos frutas u hortalizas, o dependeríamos de países terceros para encontrarlas». Por eso, «la Administración considera que nuestra actividad es esencial pero, paradójicamente, desde hace lustros, nos excluye de las inversiones y no acomete las obras hidráulicas que necesitamos para garantizar la disponibilidad de agua y para que podamos desarrollar nuestra actividad sin restricciones, como a las que nos vamos a ver abocados esta campaña, en la que solo vamos a poder disponer de la mitad de la dotación habitual en el Guadalquivir», insiste José Manuel Cepeda.

Contradicciones

Feragua acusa al Departamento que dirige Teresa Ribera de «anteponer la flora y fauna a las personas» y la utopía ecologista «a la garantía alimentaria de los seres humanos», y subraya las contradicciones de un Gobierno dividido, en el que el Ministerio de Agricultura aprueba medidas para aliviar la situación del sector agrícola y el encargado de las competencias ambientales «hace todo lo contrario, poniendo en peligro el futuro de la agricultura de riego, responsable no solo de la mayor parte de la producción agrícola sino de la agricultura más competitiva e innovadora».

Feragua advierte de que la garantía de agua para el regadío «es la mejor fórmula para evitar la despoblación», y excluyendo las inversiones hidráulicas que la hacen posible, «el Gobierno no solo ataca la seguridad alimentaria y un sector productivo, competitivo y de prestigio internacional, también actúa contra la España vaciada, vaciándola aún más y evidenciando la demagogia insustancial de su discurso», concluye el presidente de Feragua.

Ámbitos