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Gurumelos / J.M. Brazo Mena
Suben los precios

La sequía merma la cosecha del gurumelo en la provincia de Huelva

«Si lloviera lo suficiente a corto plazo y las temperaturas actuales se mantuvieran, se podría salvar la campaña», aseguran desde la la Sociedad Micológica Amanita de Aracena

16/03/2023 Actualizado a las 08:49

La campaña de recogida del gurumelo (Amanita poderosa) en la provincia de Huelva (principal productora de esta seta en Andalucía seguida de la Sierra Norte de Sevilla y la zona de Hornachuelos en Córdoba) se está resintiendo por la sequía con una disminución considerable de la cosecha, lo que está motivando que el producto alcance precios que oscilan entre los 14 y los 34 euros el kilo, según señalan en el nuevo Mercado del Carmen, de la capital onubense.

La mayoría de los gurumelos expuestos en las fruterías de este mercado proceden de la comarca onubense del Andévalo y del sur de Badajoz, pero no llegan con la misma abundancia que otros años. Esto ha hecho que los precios sean «un poco altos», aunque ha habido temporadas, como la de 2009, en la que el gurumelo alcanzó un precio de 50 euros el kilo. «Actualmente, en la tienda online de ‘Setas Sirlache’ de Aracena, se comercializa a 29,90 euros el kilo».

Influencia de la meteorología

Pese a la escasa aparición de este hongo durante los meses de febrero y marzo en la provincia onubense como consecuencia de la sequía, el presidente de la Sociedad Micológica Amanita de Aracena, Manuel Campos Bermúdez, ha destacado que «si lloviera lo suficiente a corto plazo y las temperaturas actuales se mantuvieran, abril sería un buen mes de recogida de gurumelos, incluso se podría ampliar hasta mayo, salvándose la temporada».

Sin embargo, Campos ha subrayado que la meteorología reinante hasta ahora, con unas precipitaciones que no vinieron bien para la seta en diciembre, junto al intenso frío que se ha padecido recientemente, han propiciado que el gurumelo «se esté dando mal».

La tierra está dura y seca, según explica Campos,y el gurumelo no es capaz de romperla, y además si hace frío, (el gurumelo que es una seta termófila) no puede salir y se pudre en el interior.

Sobre las zonas de proliferación de este producto, el presidente de «Amanita» asevera, que esta seta de primavera suele salir en las dehesas de encinares y alcornocales acidófilos y entre jarales y terrenos pizarrosos de las comarcas onubenses del Andévalo, la Sierra y la Mina, donde, en los años que son buenos, se convierten en un importante recurso para la economía de estas áreas geográficas.

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Imágenes de gurumelos recolectados en Paymogo, una de las localidades más gurumeleras de
la provincia de Huelva / J.M Brazo Mena

Comercialización del producto

En cuanto a la venta del producto, Manuel Campos ha recordado que según la ley de comercialización de setas silvestres, la Amanita ponderosa (gurumelo) no se puede vender en forma de huevo o papa, porque la seta aún no se ha desarrollado y también porque puede haber confusiones en esa fase con otras amanitas, como la letal verna, conocida como la «cicuta blanca», con la que comparte hábitat y estacionalidad.

Cómo diferenciarla

La Amanita ponderosa (gurumelo), según Campos, es una seta única y estrictamente de primavera que fructifica durante toda la estación, más temprano cuanto más al sur. Al buscarlas, «debemos tener en cuenta que es una seta especialmente difícil y esquiva».

Antes de salir a la superficie se puede adivinar su presencia por un pequeño levantamiento de la tierra y grietas sobre ella, y para su extracción se recomienda la utilización del pincho gurumelero.

Así, el experto explica que mientras el desarrollo del gurumelo comienza de forma hipogea (bajo tierra), a varios centímetros de profundidad y es frecuente que esta seta madure en el interior del suelo y no llegue a asomar en ningún momento, o lo haga solo la parte superior del sombrero, el crecimiento de la Amanita verna se desarrolla de forma aérea, quedando la mayor parte de la seta visible de forma clara, con solo el pie y parte de la volva enterrados.

Característica de la Amanita verna

Otro de los aspectos que diferencia a ambas variedades, según detalla el micólogo, es el color; «si bien, el gurumelo cuando lo extraemos de la tierra suele tener un color blanco, este se tornará a rosa en contacto con el aire en poco tiempo, y si rozamos o cortamos cualquier zona de la seta, la carne tornará a tonos rosados casi de forma inmediata. El sombrero cuando asoma fuera de la tierra presentará tonos ocres por la oxidación en contacto con el aire».

Otra de las características que sirve para identificar la Amanita ponderosa es su sombrero, que es robusto, con forma de patata cuando es joven y cuando crece y se rompe la volva puede llegar a medir de 6 a 20 cm de diámetro. Su cutícula es seca y gruesa y se separa fácilmente de la carne, manchada de tierra y a veces con una costra encima. Su olor a tierra es propio y característico de esta seta y simplemente se dice que huele a humedad.

Sin embargo, la temida Amanita verna, también llamada por los expertos «cicuta blanca de primavera» por su letalidad, presenta un color blanco inmaculado, es una seta que permanece inmutable tanto al roce como al corte, y solo se aprecia un tono más manchado en la zona que ha estado en contacto con la tierra, sobre todo en la volva y en la parte alta del sombrero, que suele medir de 4 a 8 cm de diámetro, y es liso y sin estrías. Las láminas de la verna son ventrudas, bastante apretadas, muy blancas y delicadas.

El pie es alto, cilíndrico y su superficie es como sedosa bajo el anillo y encima se vuelve algo más estriado. Una característica importante a tener en cuenta, en opinión de los micólogos, es que la carne de esta seta tóxica es delgada, muy frágil, de color blanco impoluto, que nunca se vuelve rosada al corte o al roce y  que tiene un olor y sabor poco pronunciados.

Una de las pruebas recomendadas por la asociación micológica de Aracena para evitar confusiones entre la Amanita verna y el gurumelo es la oxidación. Consiste en realizar un pequeño raspado con un cuchillo o con la uña o un pequeño pinchazo con un pincho caliente a cada uno de los ejemplares. Las setas cuya carne vira a color rosáceo serán gurumelos, mientras que la que permanece blanca tras la prueba hay que rechazarlos para el consumo.

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